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Cómo avanzar para no volver atrás

 

Queremos volver. Alborotados, como nos cuenta la ranchera del cantautor mexicano  Fernando Z. Maldonado (aunque interpretada por muchos artistas), vamos a “volver, volver, volver, a tus brazos otra vez…”. Cuando la tempestad y la crisis pasen, nuestra educación volverá a la normalidad. Pero ¿qué normalidad? ¿La conocida? ¿La del “como decíamos ayer…”? ¿Cómo avanzar cuando el mundo se ha paralizado?

Estas experiencias de confinamiento vividas intensamente por nuestro alumnado, las familias y el profesorado han revolucionado y transformado para siempre su mirada y su intención. Hemos redescubierto que aprender necesita establecer y mantener vínculos emocionales, y que acompañar a los chicos y chicas significa ocupar el espacio de referentes de vida. Sin obsesionarse por impartir contenidos. Que evaluar es mucho más que calificar. Y para aprender, el alumnado precisa ver un sentido y entender cómo aprende lo que aprende. Cómo rectifica y mejora lo aprendido.

Se ha puesto de manifiesto que, frente a situaciones complejas, actuar en equipo resulta más eficaz que trabajar aislado. En definitiva, orientarse hacia una comunidad que aprende es más sostenible que proteger nuestra aula, nuestra asignatura o nuestro centro.

Esta es la situación. No nos engañemos. No silenciemos la razón y el corazón. Cada uno de nosotros y nosotras (como decía Barack Obama) somos quienes desde siempre hemos estado esperando. Nos llegó el momento. Es hora de transformar. Pero ¿cómo podemos aprovechar el camino que estamos haciendo ahora para avanzar en la trasformación futura?

¿Cómo avanzar ahora que todo está paralizado?

Primero hemos de identificar dónde estamos. Ponerle un nombre. Hemos pasado, de forma precipitada, de la Enseñanza Presencial EP (en el estado en que la teníamos) a lo que denominamos Enseñanza Remota de Emergencia (ERE). Ha sido un esfuerzo encomiable que, como en toda emergencia, nos ha ayudado a salir del atolladero, probablemente trabajando más y sin conseguir los mismos resultados que en la versión presencial. Pero lo hemos hecho y nos ha ayudado. En este punto son importantes dos consideraciones: la primera es que el esfuerzo inicial de la ERE debe ser sostenible en el tiempo. No es un esprint… van a ser muchas semanas. La segunda es que la ERE no es un lugar donde quedarse: es un sitio de paso, ya que o bien avanzamos o bien volveremos a la normalidad anterior, la EP, sin apenas ningún cambio.

¿Y hacia dónde podemos avanzar? En estos momentos necesitamos pararnos para reflexionar y volver a planificar nuestro Proceso de Enseñar y Aprender (PEA). Haber redescubierto que las TIC ofrecen múltiples posibilidades para aprender nos debería ayudar a valorar seriamente la posibilidad de introducir en nuestros diseños pedagógicos el Aprendizaje En Línea (AEL), que está más allá de la ERE. No estamos hablando de convertirnos en una escuela en línea o a distancia. Nos estamos refiriendo a diseñar una propuesta pedagógica distinta que incorpore las posibilidades que la digitalización ofrece al proceso de aprender. No podemos utilizar las TIC para hacer lo mismo que hacíamos sin ellas: hablamos de una propuesta nueva.

Y en este momento es pertinente plantearnos diferentes opciones a partir de lo que se denomina Diseño de Aprendizaje En Línea (DAEL). Entre las opciones a barajar, podemos distinguir las siguientes: la modalidad o canal (¿podemos pensar en un porcentaje de presencialidad ni que sea en el futuro?), el ritmo del alumnado (a su propio ritmo o bien totalmente grupal y guiado…), el rol del profesor y su relación con el alumnado, el rol de éste y su relación con los compañeros y el profesor, la metodología (expositiva, colaborativa, exploratoria, práctica…), el rol de la evaluación y la forma que va tomando, la sincronización de la comunicación (solo síncrona, solo asíncrona, una mezcla de ambas…) y la fuente de retroalimentación (solo profesor, solo compañeros, una mezcla de las dos fuentes…).

Y las decisiones en torno a estas opciones requieren hacerse preguntas, debatir y optar. Optar para aprender, para experimentar, para avanzar. Y este avance es el que nos va a garantizar no volver atrás, y no pensar solamente en el currículum a transmitir. Porque de esto va la transformación profunda de la educación, de poner al alumno en el centro y de hacerse preguntas, de utilizar los contenidos (bien seleccionados y mezclados) con el fin de educar personas según el perfil compartido del egresado, que finalmente es evaluado en lo que denominamos su impacto. Y así, aprovechamos el movimiento y podemos avanzar más y mejor.

Se puede argumentar que ahora es imposible hacer esto con todas las asignaturas y todos los grupos aula… claro, estamos en una situación de emergencia. Pero con un buen liderazgo, una visión y una estrategia, nada nos va a impedir, aprovechando que esto se alarga, seleccionar algunos cursos o asignaturas y experimentar para aprender. Formar a equipos que se ayudan y crecen. Este es el camino para no volver atrás, y a esto debemos dedicar tiempo y energía los directiv@s.

#EsHoraDeTransformar

Estamos publicando diferentes posts para explicar con más detalle nuestra propuesta y metodología. Además, Xavier Aragay y todo el equipo de consult-coaches de Reimagine Education Lab ofrecemos 3 webinars gratuitos en directo (que se realizarán durante el mes de abril de 2020) y un espacio en línea para quien desee resolver dudas y profundizar en el proceso de transformación (cómo pasar de los QUÉ a los CÓMO). Si lo deseas, contacta con hola [ @ ] riedulab.net y quedamos. ¡Estaremos encantados!