Pantallas: ¿Beneficio o Perjuicio?

 

En un día cualquiera, después de la escuela, Julia, de 12 años, se dirige directamente a su habitación. Como muchas niñas y niños de su edad, su primer instinto es encender su ordenador. Mientras sus dedos se desplazan rápidamente por el teclado, sus ojos están fijados en el último juego de moda.

Pero, ¿Que pasa realmente en su cerebro en estos momentos de brillante interacción digital?

Esta escena, tan familiar en hogares en todo el mundo, nos plantea una cuestión fundamental: ¿cómo están afectando las pantallas la salud mental, el aprendizaje y el desarrollo social de nuestros hijos?

Exploramos: Oportunidades y peligros:

La tecnología y el uso de pantallas se ha convertido en parte inherente de la vida de nuestros escolares y jóvenes. Tabletas, móviles, ordenadores, televisión, videojuegos… las pantallas forman parte de su día a día, tanto para el aprendizaje como para el entretenimiento.

De hecho, muy a menudo nuestros hijos están más conectados con una pantalla que con el entorno que los rodea.

Éste es el panorama actual en muchas casas, donde las pantallas han acontecido una extensión de nuestros chicos y chicas, pero a qué precio.

Es importante que familias y docentes acompañemos a nuestros niños y jóvenes para que hagan un uso responsable de estas potentes herramientas. Tenemos que aprovechar las ventajas que aportan, pero también gestionar los riesgos potenciales para su salud física y emocional.

Hay que aprovechar el bono de las pantallas:

  • Las pantallas abren todo un universo de aprendizaje, creatividad y conexión para los chicos y chicas. 1.Con un clic, acceden a todo tipo de recursos educativos para crecer y prepararse para el futuro. Desarrollan habilidades tecnológicas imprescindibles en la era digital.
  • Disfrutan expresando su creatividad a través de aplicaciones de edición y diseño. Las pantallas son su paleta de colores.
  • Se conectan con amigos y familia, haciendo que el mundo se sienta más pequeño y próximo. Las distancias ya no son un obstáculo.
  • Viajan por culturas e idiomas, expandiendo sus mentes y perspectivas. Las pantallas son ventanas en el mundo.
  • Aprenden a pensar críticamente, discerniendo entre fuentes fiables y dudosas. Las pantallas agilizan su mente.
  • Y está claro, también ríen, se emocionan y se relajan con películas, series y videojuegos. ¡Necesitan este equilibrio!

Un uso excesivo puede comportar riesgos significativos:

  • Atención, ¡Peligro real! La adicción a las pantallas es una amenaza silenciosa que nos concierne a todos. Las estadísticas son claras: los escolares pasan cada vez más horas ante las pantallas, y a edades más tempranas.
  • La salud física está en juego. Nuestros hijos se enfrentan a obesidad, problemas musculares y oculares, insomnio… Las pantallas los están robando energía y bienestar.
  • Adiós a la concentración! La distracción digital permanente dificulta que los escolares se focalicen al aprender y pensar profundamente. Las pantallas capturan su atención.
  • Aumentan el aislamiento y la ansiedad. Pierden habilidades para relacionarse frente a frente. Aparecen la adicción, el “ciberbullying”. Las pantallas amenazan su salud emocional.
  • Cerebro en desarrollo en riesgo! Los cambios que provocan en su cerebro inmaduro pueden tener consecuencias graves a largo plazo.
  • Señales de alarma: uso descontrolado, ansiedad, síndrome de abstinencia… La adicción a las pantallas se manifiesta claramente.
  • Protegemos el presente y futuro de nuestros chicos y chicas! Supervisamos y educamos en un uso responsable de la tecnología. Su bienestar depende de esto.

La escuela, protagonista de primer nivel

  • La educación en la era digital es una tarea crucial. ¡Asumámosla con pasión para garantizar el bienestar de chicos y chicas!
  • ¡Educadores, asumimos la misión! La escuela tiene la tarea vital de guiar hacia un uso saludable de la tecnología.
  • Actualizamos los contenidos educativos para desarrollar la mente crítica ante las pantallas. Formamos para navegar de forma segura y ética por el mundo digital.
  • Dedicamos tiempo a talleres vivenciales donde aprendan a detectar riesgos en línea y como gestionarlos con responsabilidad.
  • Coordinamos con las familias pautas coherentes de uso de pantallas entre casa y escuela. ¡Unimos fuerzas en este reto!
  • Promovemos zonas y momentos libres de tecnología, donde la socialización y cooperación directas sean protagonista.
  • Evitamos abusar de las pantallas en clase. Sea qué sea la asignatura, seamos referentes de buen uso pedagógico de las TIC.
  • Abrimos debates con los alumnos donde reflexionen de forma crítica sobre ventajas y riesgos del mundo digital.
  • Ofrecemos orientación personalizada a aquellos estudiantes que muestren signos de adicción a las pantallas.

“Dieta digital” equilibrada y saludable

Del mismo modo que una dieta alimentaria tiene que ser variada y equilibrada para mantener la salud física, los escolares necesitan aprender a equilibrar su «dieta digital» para preservar el bienestar.

Con acompañamiento, y siente referentes positivos, podemos orientarlos para que integren un uso responsable de la tecnología que enriquezca sus vidas.

  • Esto implica moderar el tiempo ante las pantallas y alternarlo con otras actividades, para evitar caer en un uso compulsivo o aditivo.
  • Es importante que aprendan a reconocer cuando ya han pasado demasiado rato enganchados a la pantalla y empiecen a experimentar efectos negativos, como insomnio, ansiedad, dolor muscular, aislamiento social, etc. Hace falta que tomen conciencia de estas señales de alerta.
  • También se tiene que conseguir que integren tiempo de desconexión digital en su rutina diaria, por ejemplo durante las comidas, antes de ir a la cama, mientras hacen los deberes o cuando quedan con amigos. Priorizar las interacciones sociales reales.
  • Los chicos y chicas pueden beneficiarse mucho al establecer objetivos semanales de tiempos de uso de pantallas, e ir registrando y monitorizando sus pautas. Esto los permitirá autogestionarse y autocorregirse.
  • Finalmente, habrá que fomentar que desarrollen otras aficiones e intereses más allá de las pantallas, encontrar actividades alternativas alentadoras de ocio saludable. Que mantengan su «dieta digital» sana y equilibrada.
  • Con intervención y coordinación de toda la comunidad educativa, la escuela puede enseñar pautas digitales saludables.

Pautas esenciales para todo el mundo:

  • Establecer límites claros y normas de uso de pantallas.
  • Supervisar y acompañar activamente los chicos y chicas en el uso digital.
  • Fomentar actividades “off line” que enriquezcan.
  • Predicar con el ejemplo.
  • Educar sobre el uso responsable de la tecnología.

Es evidente que las pantallas son mucho más que meras ventanas hacia mundos virtuales; son portales que reflejan y modelan las realidades de nuestros niños y adolescentes.

Hemos navegado por las aguas turbulentas de los efectos negativos, pero también hemos descubierto islas de oportunidades donde la tecnología puede enriquecer el aprendizaje y el crecimiento personal.

El verdadero reto, por lo tanto, no es rechazar la tecnología, sino aprender a integrarla con sabiduría y equilibrio en las vidas de nuestros chicos y chicas.

Como padres y educadores, de esta nueva generación, nuestra tarea es no solo protegerlos de los peligros digitales, sino también guiarlos hacia un futuro donde utilicen estas herramientas para explorar, aprender, y crear.

En definitiva, las pantallas pueden ser tanto un perjuicio como un beneficio en la historia del desarrollo de nuestros hijos.

Depende de nosotros, los adultos en sus vidas, escribir los próximos capítulos de este relato. Porque al final, no son las pantallas las que forman el futuro de nuestros hijos, sino la manera en que los enseñamos a utilizarlas.

Desde Reimagine Education estamos a vuestra disposición para continuar trabajando plegados en la mejor educación de nuestros alumnos e hijos.

 

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1. Efectos de las pantallas según la edad:

• Niños (0-2 años): Este grupo no tendría que usar pantallas, puesto que pueden interferir con su desarrollo cognitivo, sensorial y motriz. Los pediatras recomiendan evitar la exposición a las pantallas hasta los 2 años.

• Niños y niñas (3-5 años): Este grupo tendría que limitar el uso de pantallas a menos de una hora en el día, y siempre con la supervisión y el acompañamiento de un adulto. Los contenidos tienen que ser adecuados en su edad, educativos y de calidad. El uso de pantallas puede afectar su sueño, su lenguaje y sus habilidades sociales.

• Chicos y Chicas (6-12 años): Este grupo tendría que limitar el uso de pantallas a un máximo de dos horas en el día, y evitarlas una o dos horas antes de ir a dormir. Los contenidos tienen que ser apropiados para su edad, y se tiene que fomentar el uso creativo y crítico de las pantallas. El uso de pantallas puede provocar problemas de visión, de concentración, de ansiedad y de obesidad.

• Adolescentes/Jóvenes (13-18 años): Este grupo tendría que hacer un uso responsable y moderado de las pantallas, y respetar los horarios y las normas establecidas por la familia. Los contenidos tienen que ser seleccionados con criterio, y se tiene que tener en cuenta los riesgos de las redes sociales, como el ciberacoso, la extorsión o la adicción.

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