La Inteligencia Artificial y su Potencial en el Aula

¿Alguna vez nos hemos detenido a pensar sobre el papel de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación y cómo podría transformar nuestra profesión y, más aún, la experiencia de aprendizaje de nuestro alumnado? La IA ya está dejando su huella en múltiples sectores, y la educación no es la excepción. Nos encontramos en un punto de inflexión donde, como educadores, debemos comprender y adaptarnos a estas herramientas o tecnologías emergentes.

 

¿Qué nos trae la Inteligencia Artificial a la Educación?

 

La IA no es simplemente una herramienta tecnológica más; es una revolución en la forma de enseñar y aprender. ¿Cómo? Entre otras, a través de la personalización del aprendizaje, la evaluación automatizada, la tutoría inteligente y la detección temprana de problemas de aprendizaje. Pero ¿qué significa esto realmente para nosotros, los educadores?

 

Personalización del Aprendizaje: ¿Cuántas veces hemos querido adaptar la enseñanza a las necesidades específicas del alumnado? La IA facilita esto al máximo.
Crea caminos de aprendizaje basados en el progreso, habilidades e intereses, lo que resulta en un alumnado más comprometido y motivado.

 

Evaluación Automatizada: ¿Cuánto tiempo dedicamos a evaluar y a la corrección de actividades de evaluación? Ahora, imaginemos un sistema que pueda no solo evaluar automáticamente, sino también detectar plagio y proporcionar retroalimentación personalizada. Esto no solo nos permite ahorrar tiempo, sino que también mejora la objetividad.

 

Tutoría Inteligente: ¿No sería increíble tener un asistente que pueda ofrecer apoyo personalizado al alumnado dentro y fuera del aula? Los chatbots y tutores virtuales basados en IA pueden hacerlo, facilitando el aprendizaje autodirigido.

Detección Temprana de Problemas de Aprendizaje: ¿Cuántas veces hemos detectado tarde que un alumno o una alumna tiene dificultades? La IA nos permite identificar estos desafíos en tiempo real. Evalúa patrones y rendimientos para señalar dónde podría haber lagunas en el aprendizaje.


La Transformación de la labor educadora

 

Con la IA, podemos centrarnos más en guiar el aprendizaje en lugar de simplemente transmitir contenidos. ¿Por qué? Porque la IA asume tareas automatizables y nos permite enfocarnos en facilitar el aprendizaje significativo, activo y en desarrollar habilidades de alto nivel en nuestro alumnado.

 

La retroalimentación inmediata, la evaluación continua y el apoyo personalizado transforman la dinámica del aula. Pero ¿hemos considerado las implicaciones éticas de integrar la IA? Debemos tener cuidado con cuestiones como la privacidad, los sesgos y la equidad.

 

Los Desafíos Éticos de la IA en el Aula

 

Es crucial que, como educadores, seamos conscientes de las preocupaciones éticas relacionadas con la IA. ¿Estamos garantizando la privacidad de nuestros estudiantes?
¿Cómo nos aseguramos de que los algoritmos no perpetúen sesgos? La transparencia y supervisión humana siguen siendo esenciales. La IA puede ser una herramienta poderosa, pero siempre debemos recordar poner a nuestro alumnado en el centro de la ecuación para garantizar su educación integral y plena, y pensar en el sentido pedagógico que hay detrás de cualquier acción.

¿Y Las Limitaciones?

A pesar del entusiasmo, es crucial que estemos al tanto de las limitaciones de la IA. Los sistemas actuales requieren vastos volúmenes de datos sobre los y las alumnas. ¿Tenemos esos datos disponibles? Además, ¿puede la IA comprender realmente las sutilezas emocionales y conectar de manera genuina con nuestro alumnado?

 

Mirando hacia el Futuro

Las expectativas son altas. Se anticipa la aparición de asistentes virtuales más sofisticados, plataformas de aprendizaje inmersivo basadas en realidades virtual y aumentada, y herramientas de análisis predictivo. Sin embargo, es esencial que estos avances pongan siempre a las personas en el centro, garantizando una educación integral y equitativa.


Conclusión

La IA en educación es un horizonte lleno de posibilidades transformadoras, pero es imperativo abordar de forma integral sus desafíos éticos y limitaciones actuales para garantizar una implementación que beneficie genuinamente a todo el alumnado y nos encamine hacia la transformación de la educación.
En este camino, el foco siempre debe mantenerse en la formación integral.

Como educadores y educadoras, es vital que nos involucremos activamente en la comprensión y adaptación de estas herramientas y tecnologías. La IA tiene el potencial de ser una aliada poderosa en nuestra misión educativa y profesión, y en mejorar e innovar la experiencia de aprendizaje de nuestro alumnado.

 

Pero ¿estamos listos para darle la bienvenida de manera informada, rigurosa y crítica?

Desde reimagine education podemos ayudarte sobre cómo la IA puede moldear el futuro de nuestra profesión y la experiencia educativa de nuestro alumnado.

 

Tres medidas para fomentar la equidad en la educación (parte 3)

Expectativas altas para todo el estudiantado

En este tercer post de las medidas para fomentar la equidad en la educación nos centraremos en las expectativas altas para todos los y las estudiantes.

 

Mantener altas expectativas para todo el estudiantado es un aspecto crucial de la equidad en la educación.

  • ¿Qué significa realmente tener altas expectativas?
  • ¿Cómo podemos, como educadores, asegurarnos de que estamos desafiando a todos nuestros estudiantes a alcanzar su máximo potencial, sin dejar a nadie atrás ni al margen?

 

Proporcionar retroalimentación constructiva y motivadora

 

La retroalimentación es una herramienta poderosa para ayudar a los estudiantes a aprender y crecer. Pero para ser efectiva, la retroalimentación debe ser constructiva y motivadora, ayudando a los estudiantes a entender sus fortalezas y áreas de mejora, y alentándolos a esforzarse por mejorar.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo proporcionar retroalimentación que ayude a mis estudiantes a entender sus fortalezas y áreas de mejora?
  • ¿Cómo puedo usar la retroalimentación para motivar a mis estudiantes a esforzarse por mejorar?

 

Implementar estrategias de enseñanza diferenciada

 

No todos los y las estudiantes aprenden de la misma manera. Al implementar estrategias de enseñanza diferenciada, podemos adaptar nuestra enseñanza a las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante, asegurándonos de que todos los estudiantes estén desafiados y apoyados en su aprendizaje.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo adaptar mi enseñanza para satisfacer las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante?
  • ¿Qué estrategias de enseñanza diferenciada puedo implementar en mi aula?

 

Fomentar una mentalidad de crecimiento

 

Una mentalidad de crecimiento es la creencia de que podemos mejorar y aprender con esfuerzo y perseverancia. Al fomentar una mentalidad de crecimiento en nuestros estudiantes, podemos ayudarles a entender que tienen el control de su propio aprendizaje y que pueden alcanzar altas expectativas con el esfuerzo y el apoyo adecuados.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo fomentar una mentalidad de crecimiento en mis estudiantes?
  • ¿Cómo puedo ayudarles a entender que tienen el control de su propio aprendizaje?

 

Mantener altas expectativas para todos los estudiantes y todas las estudiantes es un desafío, pero es un reto que vale la pena asumir. Al hacerlo, podemos ayudar a todo nuestro estudiantado a alcanzar su máximo potencial y a creer en su capacidad para aprender y crecer. Sabemos, y hay abundante evidencia científica al respecto, que la expectativa personal del educador o docente juega una influencia fundamental en la vida y resultados de nuestros alumnos y alumnas.

 

¿Estás listo para asumir este desafío?

Desde Reimagine Education podemos ayudarte.

¿Nuevo período académico y nueva fase de la educación?

En muchas partes del mundo, en estas semanas, empieza un nuevo período académico para las instituciones educativas. Miles de estudiantes, profesores y profesoras reinician la actividad con ilusión y expectativa, y centenares de directivos y directivas enfocan y buscan objetivos y resultados, y probablemente también innovaciones y cambios.

La rueda vuelve a empezar con infinitas posibilidades para asegurar, a la vez, altos niveles de asunción del conocimiento, así como el máximo desarrollo humano del alumnado. Sin embargo, lo más importante de este nuevo período que estrenamos será, con toda seguridad, darle nuevas oportunidades a la innovación y transformación de nuestro proyecto educativo para responder al movimiento de cambio que se evidencia en el mundo, a la vez que conseguimos que la inercia y el activismo de cada año no nos consuman todo el tiempo y energía disponible.

Vamos a necesitar parar. Parar para tomar perspectiva va a ser fundamental si deseamos construir un futuro educativo distinto donde la innovación y el cambio tengan un lugar. Parar para anticipar el futuro que deseamos y que de alguna manera ya se adivina y emerge en muchas partes. Estamos ya en una nueva fase de la educación.

Ciertamente podemos estar preocupados y preocupadas por muchas y muy diversas cosas en nuestro día a día. En algunos países la baja natalidad, con la baja matrícula, es el principal problema. En otros, la necesidad de cumplir nuevos estándares o nuevas normas y leyes que nos quieren ayudar a avanzar hacia una nueva educación. En muchas partes la necesidad de avanzar en la inclusión, para ayudar a cada persona, a cada alumno y alumna, a llegar lo más lejos posible. En todo el mundo la perspectiva de una tecnología que ha acelerado y nos desborda, obligándonos a evaluar las innovaciones que tenemos y a replantear los modelos educativos en marcha.

En todo caso, sea por una razón u otra, necesitaremos plantearnos nuevas estrategias y nuevos caminos para fortalecer nuestro proyecto educativo, para dar respuesta a los múltiples retos planteados y priorizar nuestro tiempo y energía para poder entrar en una nueva fase de innovación y cambio.

Y para ello, solamente necesitamos dos ingredientes esenciales: convicción, para dedicarle tiempo y energía, y visión, que nos permita tener apoyo y ayuda de profesionales que ya hayan hecho el camino.

Sin dedicarle un poco de tiempo y energía en este nuevo período que empezamos, no renovaremos nuestro proyecto educativo con nuevas posibilidades y opciones. Se trata de crear un equipo de impulso de la innovación y el cambio, y reservar tiempos y espacios que permitan parar y ver hacia dónde queremos avanzar, evaluando, haciendo diagnóstico, mirando nuestra realidad de otra forma, tomando perspectiva y generando una nueva estrategia seguramente distinta de la actual. Con convicción.

Y dejarse ayudar para tener nueva inspiración, para encontrar un método para nuestro camino de cambio, para replantear el liderazgo, para incorporar la mirada sistémica y, de esta forma, con un nuevo y activo acompañamiento, lograr entrar en nuevas sendas no transitadas hasta ahora. Con visión.

Sigue la rueda, pero necesitamos parar para anticipar un futuro distinto. Y necesitamos también apoyo para adentrarnos en nuevos caminos de cambio. Y todo ello es posible en este nuevo período académico que iniciamos. Depende de ti… ¿hablamos?

Niebla, incertidumbre y liderazgo

 

Estamos en pleno momento de cambio de la humanidad en muchos ámbitos y aspectos, y ya no parece aventurado pensar que, dentro de esta década, vamos a vivir (estamos viviendo) cambios profundos. Y, por supuesto, también en la educación.

Sin embargo, hay mucha niebla que nos impide ver con claridad cómo avanzar. Es lo que pasa en circunstancias de mucha incertidumbre combinada con cambios acelerados. Y, además, en nuestro ámbito educativo, arrastrando fatiga por el sobreesfuerzo de la crisis de la COVID-19 y con la sensación interna de que, durante muchos años, hemos estado impulsando innovación, formación y cambios metodológicos (incluyendo los tecnológicos) y ahora no sabemos por dónde seguir avanzando.

Una de las anécdotas más usuales de los cursos de liderazgo es la del pelotón que se perdió en los Alpes durante una fuerte ventisca en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. El sargento al mando tomó el mapa que tenía uno de sus soldados en el bolsillo y, frente a la incertidumbre y el desconcierto, comenzó a guiarles durante horas, que se hicieron eternas, por el temporal, hasta que alcanzaron las luces de un pueblo. Una vez a salvo, y tras asistirles y alimentarles, sus habitantes les preguntaron cómo habían escapado a la tormenta y encontrado su recóndito lugar. Al enseñarles el mapa del que se habían servido, repararon en que reproducía una región de los Pirineos… ¡no de los Alpes!

Personalmente, he vivido situaciones parecidas. Soy muy aficionado a la montaña y el alpinismo y, en muchas ocasiones, me he perdido en medio de la niebla y he tenido que hacer noche en la intemperie sin saber con precisión dónde estábamos. Con mis compañeros y compañeras, con mis hijos e hijas… Y, a menudo, el mapa, o no servía o ya estábamos fuera… Pero había que avanzar.

En tiempos de incertidumbre los líderes desempeñan un papel crucial al proporcionar guía y comunicación. No es necesario tener un conocimiento detallado del terreno para crear un mapa. Incluso un mapa antiguo o de otra parte puede ser útil en momentos de desconocimiento. En situaciones de incertidumbre, es más importante que nunca formular una narrativa convincente y transmitir confianza a los implicados.

Y este es el papel del líder. El líder como creador de sentido mediante la inspiración y el relato que anima a definir hacia dónde queremos avanzar y moviliza a partir de deseos y sueños de vida y futuro de su comunidad. No el directivo o directiva que solamente vive en el día a día y dedica el ciento cincuenta por ciento de su tiempo y energía a la gestión, sin anticipar ni avanzar, replegándose en su cuartel, sin salir afuera porque hay niebla.

Para avanzar hacia el futuro, no podemos esperar a tener un conocimiento claro y experto para crear un mapa con hitos exactos como cuando el entorno era fijo o con pocos cambios. Los líderes no pueden tener todas las respuestas ni pretender ser expertos en todos los aspectos. Sin embargo, deben desarrollar un mapa para este mundo cambiante y comunicarlo y aplicarlo como una guía inicial.

Pero, para ser líder hoy, en estas nuevas circunstancias, debemos mirarnos hacia dentro, como personas. Tomar consciencia de nuestro ser y nuestra historia, de nuestro entorno y nuestro sistema, con otra perspectiva. Dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos para poner en crisis los antiguos marcos mentales que ya no sirven y adoptar nuevas miradas a un futuro que podemos y debemos anticipar y que está lleno de oportunidades. Sobre todo, en educación.

Y necesitamos espacios, tiempos y conceptos distintos y nuevos que enlacen con nosotros y nuestra realidad y nos ayuden a llevar a cabo este cambio. Debemos dar un salto en el camino personal y profesional para encontrar nuevos enfoques. Debemos avanzar hacia un liderazgo consciente.

Esto es lo que ha preparado, junto con Joan Corbalán, el equipo de reimagine.education. Un programa que te permita ir más allá de desarrollar acciones de innovación y te ayude a repensarte como un líder comunitario capaz de generar bienestar, desarrollo y transformación en tu institución educativa; junto con tu equipo, integrando al alumnado, las familias, los docentes y el entorno en una verdadera comunidad de aprendizaje que, a pesar de la niebla, avance.

Lo hemos llamado Liderazgo experiencial consciente para transformar la educación. Tiene un formato fundamentalmente en línea, y aúna la perspectiva sistémica a tu liderazgo y a tu institución, con la mirada y la metodología transformacional para avanzar hacia el futuro que va emergiendo. Empieza el próximo septiembre, y conlleva una dedicación estimada de 100 horas distribuidas en seis meses.

Hay que atreverse. Es importante hacer cosas distintas para salir de la niebla, superar la situación de incertidumbre y liderar para avanzar. ¿Te decides?

Te ofrezco una hora para compartir conmigo tus objetivos y preocupaciones para ver cómo avanzar.

 

La Inteligencia Artificial nos puede ayudar a transformar la educación

Que la inteligencia artificial está cambiando el mundo a pasos agigantados es un hecho, y uno de sus exponentes más recientes es ChatGPT3, un modelo de lenguaje generativo que desarrolla Open AI y que pronto va a tener competidores como ya ha anunciado Google. Con su capacidad de interactuar con las personas y responder a preguntas, resolver problemas, hacer traducciones (entre otras acciones), ChatGPT3 ha llamado la atención por su potencial transformador en diversos sectores, incluyendo el de la educación.

El impacto de IA como la de ChatGPT3 en la educación es significativo y, además, está evolucionando rápidamente. La tecnología de ChatGPT3 incide directamente en los roles y tareas de profesorado y alumnado, así como también en la forma en que se pueden llevar a cabo las actividades educativas dentro y fuera del aula. Por eso, es imprescindible conocer la herramienta y reflexionar sobre cómo puede contribuir a mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje de acuerdo con el modelo educativo de cada institución.

ChatGTP3 es una tecnología de IA de última generación que ofrece una amplia gama de posibilidades para la educación. Con su capacidad para interactuar con las personas puede transformar la forma en que se enseña y se aprende.

Integración de la Inteligencia Artificial en el aula

Antes de incorporar ChatGPT3 en el aula, es necesario formar un grupo de trabajo que evalúe sus posibilidades y haga recomendaciones para su uso. La integración de la tecnología debe ser coherente con el modelo educativo y debe utilizarse para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, siempre de acuerdo con el perfil de egreso que estamos buscando.

La incorporación de inteligencias artificiales en la educación requiere un replanteamiento y una reimaginación del modelo educativo y tecnológico actual. La tecnología debe estar al servicio del modelo educativo y, a su vez, ayudar a lograr el perfil de salida del alumnado. Debemos saber cuál es el perfil actual de los estudiantes y compararlo con el que queremos conseguir para poder avanzar.

Las palancas para impulsar la innovación y el cambio educativo pueden ser múltiples. Y, en este caso, el conocimiento, la reflexión y el debate que podemos hacer en nuestro equipo alrededor de esta nueva realidad, nos puede ayudar.

Utilizando tecnología avanzada en la educación, el alumnado estará mejor preparado, personal y profesionalmente, para afrontar los desafíos del mundo digital y de la economía del futuro.

Beneficios e inconvenientes de incorporar la Inteligencia artificial a las aulas

No hay fórmulas mágicas, y cada equipo e institución debe ver cómo puede integrar esta nueva posibilidad. En todo caso, ahí van algunas reflexiones y propuestas por si pueden ayudar…

La IA permite a ChatGTP3 una interacción personalizada tanto con el profesorado como con el alumnado, como con ambos trabajando conjuntamente, lo que nos puede permitir realizar nuevas y diversas actividades o investigaciones, así como ajustar el ritmo y el nivel de dificultad según necesidades individuales. Esto puede resultar en un aprendizaje más efectivo y motivador.

También se puede utilizar en cualquier momento y lugar, lo que significa que el alumnado puede preparar actividades, aprender a su propio ritmo y seguir avanzando, incluso fuera del aula. De esta forma, la interacción personalizada con este tipo de tecnologías puede ayudarles a sentirse más motivados y comprometidos con su aprendizaje, y puede facilitar también muchas tareas previas y/o auxiliares tanto a docentes como a alumnos.

Además, brinda un acceso más amplio a la educación a personas con diversas necesidades, en zonas remotas o con limitaciones económicas, lo que representa una mejora en la equidad en el acceso a la educación.

Otro punto positivo de integrar tecnologías como ChatGTP3 en el aula es que puede ayudar a fomentar la colaboración y el aprendizaje cooperativo entre el alumnado, lo que puede mejorar su comprensión y retención del material, y puede enriquecer la experiencia educativa ofreciendo una mayor interacción, acceso a recursos y opciones de aprendizaje personalizadas.

Para interactuar adecuadamente con ChatGTP3 hay que aprender a hacer preguntas y a ser crítico y analítico respecto las respuestas que nos da. Y este es un aprendizaje muy importante, que además podemos hacer en equipo.

educar al alumnado utilizando herramientas como chatgpt3 puede ayudarte a ser crítico y analítico.

Finalmente, no podemos olvidar que, al utilizar tecnología avanzada en la educación, el alumnado estará mejor preparado para afrontar, personal y profesionalmente, los desafíos del mundo digital y de la economía del futuro.

Y, por supuesto, como cualquier nueva creación de la humanidad, ChatGTP3 puede presentar también inconvenientes y disfunciones, especialmente vinculados a su uso inadecuado. Por esto no será nunca una solución su prohibición, ya que la mejor forma de aprender a utilizarlo e integrarlo adecuadamente en las prácticas educativas del proceso de enseñar y aprender, será el uso conjunto e integrado de esta potente herramienta de información y conocimiento por parte de docentes y alumnos, como una comunidad que aprende conjuntamente y va descubriendo sus posibilidades y limitaciones.

ChatGPT3 y la inteligencia artificial en general pueden ser un gran empuje para la transformación profunda de la educación.

ChatGPT3 y la inteligencia artificial en general pueden ser un gran empuje para la transformación profunda de la educación. Conocer la herramienta, integrar de manera coherente y replantear el modelo educativo son los primeros pasos para aprovechar su potencial y mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

No hay duda de que hemos dado un salto cualitativo en el uso de nuevas herramientas basadas en IA, que este hecho está teniendo y tendrá un importante impacto en muchos sectores y profesiones (y especialmente en educación), y que todo ello, no ha hecho más que empezar.

Podemos ayudarte a implementar ChatGPT3 en tu institución educativa, reimaginando el uso de la tecnología y replanteando tu modelo educativo.

Evaluar para transformar

Alba Ayneto y Xavier Aragay

Como ya hemos venido diciendo en los últimos posts, la educación está traspasando un profundo umbral de cambio, acelerado por la crisis de la COVID-19, que requerirá un proceso de transformación de las instituciones educativas en todos sus niveles. Y, como en cualquier proceso que iniciamos, es necesario evaluar para transformar. Te enseñamos los tipos de evaluación según la metodología RIEDUSIS.

Tanto para evaluar para transformar como en la misma transformación no existen recetas concretas, puesto que cada centro debe definir su propio camino, en función de su trayectoria y contexto. Por esto, en Reimagine Education Lab contamos con una metodología del proceso de cambio propia, centrada en las personas, que aporta un método lógico, ordenado y sistémico para transformar profundamente los procesos de enseñar y aprender, las configuraciones culturales, organizativas, tecnológicas y físicas de la institución educativa y dejar instalados en su interior herramientas y mecanismos que aseguren este avance y su consolidación y progreso. De hecho, nuestro propósito no es abandonar un modelo tradicional para “encerrarnos” en otro nuevo, sino buscar un camino de transformación avanzada que nos ayude a caminar al mismo ritmo que el mundo.

Partiendo de la misión educativa del centro y poniendo al alumnado en el centro, proponemos centrarnos en el modelo de persona (también conocido como perfil de la persona egresada) que queremos educar (desglosado en impactos). Así, el perfil de la persona egresada, consensuado y trabajado por toda la comunidad educativa, se convierte en una potente herramienta de cambio. Esta nueva herramienta, mediante un sistema de backward design, nos sirve para rediseñar los procesos de enseñanza y aprendizaje, los espacios, la organización, la cultura interna… al servicio del nuevo perfil que deseamos educar. Un proceso a través del cual se establecen las hipótesis de partida del proceso de transformación, que se concretan en un prototipo (o experiencia avanzada de cambio). Recuperamos así el método científico para el camino iterativo de la transformación educativa de la institución.

¿Cómo evaluar para transformar?

El diseño y la implementación de prototipos nos permiten incorporar la evaluación como principal aliado para permitir visualizar e identificar nuevas soluciones y asegurar la mejora continua y el cambio de perspectiva. Identificamos dos maneras de evaluar para transformar que, a pesar de tener objetivos distintos, se complementan para asegurar la consecución de nuestros objetivos: la evaluación de proceso y la evaluación de impacto.

Es importante especificar que ambas evaluaciones (la de proceso y la de impacto) que plantea la metodología RIEDUSIS no son evaluaciones individualizadas, ni se asemejan a lo que normalmente se entiende por evaluación de los resultados de aprendizaje del alumnado. Tampoco estamos hablando de la evaluación del desempeño de los docentes ni de una evaluación vinculada a los sistemas de calidad. Estamos planteando evaluar las iniciativas avanzadas de cambio (prototipos) en su conjunto para dejar instalada en la institución una herramienta de evolución y mejora permanente de la transformación educativa.

En un principio, durante el primer o segundo año de implementación del prototipo en el aula, la evaluación de proceso nos permite asegurar que la implementación del prototipo se ajusta a las hipótesis de partida que habíamos diseñado. De esta manera, incrementamos las probabilidades de impactar en nuestro alumnado de acuerdo con el perfil de la persona egresada y aseguramos la interpretación de una posterior evaluación de impacto.

Combinando entrevistas, observaciones, revisión documental y focus groups, buscamos identificar puntos fuertes y puntos críticos que asegurar para garantizar que llevamos a cabo todas las acciones esenciales que buscan promover el impacto en el alumnado. Además, intentamos cerciorarnos de que hemos tenido en cuenta los factores críticos de éxito del prototipo.

¿Qué objetivos tiene la evaluación de impacto?

Una vez efectuada una evaluación de proceso y con la experiencia avanzada de cambio o prototipo implementado y consolidado, la metodología RIEDUSIS propone una evaluación de impacto. En esta evaluación, ya no buscamos asegurar la implementación del prototipo, sino que buscamos ver el efecto que la implementación del prototipo ha tenido en nuestro alumnado como grupo o cohorte. La evaluación de impacto nos dará información relevante para ver si nos acercamos al perfil de la persona egresada planteado y para buscar la relación entre este perfil y cada uno de los cambios esenciales o profundos de la experiencia del alumnado acaecidos en el prototipo.

Así, pues, combinando ambas evaluaciones (la de proceso y la de impacto), aseguramos no solo la implementación según el diseño inicial (evaluación de proceso), sino también la validación o descarte de nuestras hipótesis de partida (evaluación de impacto) para seguir avanzando en el cambio.

En este momento, estamos acompañando a varias instituciones escolares y universitarias en ambas evaluaciones, y tenemos como referencia y experiencia previa la evaluación del prototipo de la NEI (Nueva Etapa Intermedia) que se llevó a cabo en el marco del proyecto de transformación Horizonte 2020.

¿Te interesa saber más sobre cómo evaluar para transformar y la metodología RIEDUSIS? ¡Ponte en contacto con nosotros!

¿Cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación?

Más allá de la tensión y el cansancio que provoca la situación actual en directivos, directivas y docentes, y más allá de las pérdidas de las que hablábamos en el primer artículo, uno de los problemas más importantes que tenemos es la persistente neblina estratégica que provoca la crisis del coronavirus. Por eso nos surge la duda de cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación.

Sin darnos cuenta, los mapas y las hojas de ruta que teníamos establecidos en cada institución educativa (y a nivel de sistema) antes de la crisis educativa que ha provocado la COVID-19 han desaparecido. Probablemente eran limitados o no acertaban a ver la necesidad de llevar a cabo cambios más profundos, pero existían. Ahora, simplemente, no hay mapas ni rutas de avance colectivo, y podría suceder, si el cansancio nos domina, que cada directivo, cada directiva, cada docente, a nivel individual, intente pensar en nuevos caminos de futuro. Todo ello, teniendo en cuenta que es más necesario que nunca abrir caminos compartidos de futuro y consolidar los aprendizajes que hemos adquirido hasta ahora.

¿Qué necesitamos para seguir avanzando en la transformación educativa?

Los aprendizajes personales, profesionales e incluso institucionales de este período extraordinario, tanto vitales como educativos, se están produciendo de forma dispersa e individual. No se han consolidado en la comunidad educativa. Debido a la desaparición de muchas de las reuniones, encuentros e instancias de reflexión y debate que teníamos (aunque algunas fueran inerciales) y a que los encuentros virtuales a penas nos bastan para resolver nuestro día a día, andamos huérfanos de compartir y asentar aprendizajes, perspectivas futuras y nuevas rutas colectivas de cambio.

Y, sin embargo, estamos ante la mayor transformación educativa de este siglo… si sabemos aprovechar el momento para avanzar. Nos falta perspectiva, nos falta estrategia. Este año 2021, sin darnos cuenta, hemos entrado en la década de los años veinte del siglo XXI. Y estos años futuros van a ser extraordinarios, pero no en el sentido de la vivencia extraordinaria que estamos viviendo con la crisis de la COVID-19. Van a ser extraordinarios porque se van a dar las condiciones para transformar profundamente la educación; en todos sus niveles.

La confluencia de la pospandemia de la que nos habla Nicholas Christakis en el anterior artículo, junto con la percepción de Michael Fullan de que estamos en el momento adecuado y tenemos los impulsores para llevar a cabo el cambio, del cual ya hablé en el segundo artículo, unido a los importantes aprendizajes que estamos interiorizando en este período y al extraordinario salto tecnológico que ya se empieza a vislumbrar en esta década que iniciamos (inteligencia artificial, big data, virtualidad…), nos permite hablar de una gran posibilidad de avance y transformación educativa.

Solamente faltamos nosotros, los directivos y las directivas de las instituciones educativas, para marcar la diferencia, para hacer posible (a la vez) un salto hacia adelante y una salida potente de la crisis educativa que estamos viviendo. Es ahora, amigos, es ahora, que, como líderes, debemos abrir caminos inéditos en nuestras vidas y en nuestras instituciones educativas con un relato esperanzador para el futuro.

No hay marcha atrás, necesitamos nuevas estrategias para el futuro educativo

Tengo claro que no es fácil (si no, todo el mundo ya lo estaría haciendo), y que requiere pararse y visualizar (1) para reservar tiempo y energía para lo más importante: redefinir, reimaginar y reimpulsar el proyecto educativo de transformación profunda de nuestra institución para esta década que acabamos de iniciar.

Y es urgente, porque la salida de la crisis del coronavirus desde el punto de vista educativo no es evidente. Es decir, sin un impulso claro y decidido que nos permita rehacer mapas y rutas de forma colectiva, lo más probable sea una vuelta hacia atrás, hacia lo que teníamos antes del coronavirus, o, en el mejor de los casos, un estancamiento inercial con la excusa de un tiempo de moratoria y de descanso después del agotamiento. Y, mientras, el mundo seguirá avanzando a un ritmo cada vez mayor en esta década de los veinte del siglo XXI.

Necesitamos nuevas estrategias para el futuro de la educación, y necesitamos una metodología (nosotros, desde REIMAGINE EDUCATION LAB, ofrecemos la metodología #RIEDUSIS) que nos acompañe y nos ayude a avanzar por un camino (el de la transformación integral de nuestra institución educativa) que es un proceso complejo y que requiere tiempo. Pero no hay otra ruta…

Es la hora de la audacia, del liderazgo, de utilizar las dos manos para anticipar y asegurar el futuro de la educación que deseamos. Hay que disipar la neblina, recuperar una mirada conectada con las personas, con el mundo que vivirán nuestros alumnos, con nosotros mismos, con nuestros anhelos y sueños…

¿Lo enfocamos? ¿Dedicamos todo el tiempo de la próxima reunión de equipo a comentarlo? ¿Empezamos a planificar la transformación? ¿Sabemos cuáles serán nuestras estrategias para el futuro de la educación? ¿Necesitas ayuda?

(1) Aragay, Xavier. Reimaginando la educación. 21 claves para transformar la escuela. Ed. Paidós, 2017.

Aprendizajes de la pandemia

 

Todo lo que estamos viviendo en esta pandemia, de una forma u otra, ha sucedido antes, en otras pandemias. Por eso es interesante echar la vista atrás y ver cómo cambió el mundo después de otros períodos para saber cuáles serán los aprendizajes de esta pandemia.

Para ello vamos a descubrir la figura de Nicholas Christakis, un gran desconocido para muchas personas relacionadas con el mundo de la educación. Nacido en 1962, es un sociólogo y médico estadounidense conocido por sus investigaciones sobre redes sociales y sobre los determinantes socioeconómicos, biosociales y evolutivos del comportamiento, la salud y la longevidad. Es profesor en la Universidad de Yale, y dirige el Laboratorio de Naturaleza Humana.

Si lo traigo al blog es por la publicación de su último libro La Flecha de Apolo. El impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos y las reflexiones que en él nos ofrece (1).

“Las plagas no son nuevas para nuestra especie, simplemente son nuevas para nosotros”

Según Christakis, lo que pasa es que vivimos en un momento en que hay un acontecimiento que ocurre una vez cada cien años. Nos falta perspectiva, y es importante no perderla.

“Los virus no son solamente un fenómeno biológico, son un fenómeno social”

Una de las lecciones fundamentales que nos han dejado las pandemias a lo largo de la historia es que se trata de una experiencia humana esencial que sucede raramente, pero que requiere madurez para afrontarla.

Hay algunos patrones que se repiten en todas ellas, como:

  • Culpar a otros de lo que nos pasa.
  • La negación, las mentiras o las supersticiones y la desinformación.
  • El dolor por la pérdida de familiares y amigos.
  • La desubicación por la pérdida del sustento, del estilo de vida que llevábamos.
  • La disminución de las interacciones sociales al quedarse más en casa.
  • La crisis existencial, con una renovada búsqueda del sentido de la vida y de su significado.

¿Cómo será el período pospandémico?

Según Christakis, cuando logremos la inmunidad de grupo, aunque el virus aún estará con nosotros, su poder será menor. Luego vendrá un período intermedio, en el año 2022, en que el impacto biológico de la pandemia quedará atrás, pero aún tendremos que lidiar con su impacto económico, psicológico y social. Y, alrededor del 2024, entraremos de pleno en el período de la pospandemia.

“Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”. De hecho, normalmente, cuando terminan las pandemias, siempre viene un período de gran interacción social. Los ya famosos locos años 20 del siglo pasado, con un importante desarrollo económico, tecnológico, artístico y social, vinieron después de la pandemia denominada gripe española.

Y, muchas veces, cuando acaba la pandemia, no se consolidan los aprendizajes del período pandémico, y se sale de manera desordenada y a trompicones… Ante esto, muchas son las preguntas que nos rondan por la cabeza: ¿Nos sucederá lo mismo ahora? ¿Cuáles son los aprendizajes de la pandemia? ¿Qué pasará en el ámbito educativo? ¿Podemos anticipar una salida transformadora en nuestra institución educativa? ¿Queremos ser espectadores o liderar el cambio educativo?

En el próximo artículo te descubro cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación.

Mientras tanto puedes leer o repasar los artículos anteriores AQUÍ.

(1) Christakis, Nicholas A. Apollo’s Arrow. The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live [‘La Flecha de Apolo. El impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos’].

¿Cuáles son los impulsores de la transformación educativa?

Antes de profundizar en los impulsores de la transformación educativa, te explicaré de dónde nace el concepto. Hace unas semanas estuve leyendo uno de los últimos documentos que han publicado este año (febrero de 2021) Michael Fullan y su equipo, titulado Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema, en el que se resalta que “lo más importante es que el momento es el adecuado” (1).

Tal como dice Fullan en la introducción, “este documento tiene la intención de proporcionar una solución integral a lo que aflige al sistema escolar público actual y su lugar en el desarrollo social: un sistema que está fallando gravemente frente a los desafíos fundamentales cada vez más complejos para nuestra supervivencia”.

La propuesta me ha parecido sumamente interesante y oportuna para este momento, en el que debemos acelerar las soluciones futuras de la educación. Lo primero que debemos tener claro es qué se entiende por un impulsor, y comprender que la transformación educativa identifica cuatro impulsores incorrectos y cuatro correctos.

Siguiendo con las palabras de Fullan: “Mi concepción de un impulsor es que es una fuerza que atrae energía y genera movimiento de forma continua. […] Representan un modelo único e integrado que genera un desarrollo continuo”.

Los impulsores incorrectos de la transformación educativa, que llevan funcionando los últimos 40 años, son:

  • La obsesión académica, que involucra tanto el sistema de aprendizaje como la evaluación relacionada con los resultados del aprendizaje.
  • La inteligencia de la máquina por sí sola, sin contar con el factor humano. Hemos sobreestimado las máquinas y subdesarrollado la inteligencia colectiva.
  • La austeridad, que ha hecho que a la mayoría de las personas les resulte prácticamente imposible escapar de sus situaciones de desventaja inicial.
  • La fragmentación, es decir, la desconexión entre las partes, que favorece la inercia y profundiza los sistemas de prejuicio y discriminación existentes.

Y, en contraposición, se plantean los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema:

  • Bienestar y aprendizaje, vinculados y relacionados como algo que prepara a todos los estudiantes para el mundo complejo en el que vivimos. Es decir, estudiantes que ven la escuela como un lugar donde se sienten bien consigo mismos y con la persona en la que se están convirtiendo.
  • La inteligencia social como parte esencial de la nueva ciencia del aprendizaje, ya que este tipo de inteligencia social del grupo y de los individuos que lo integran no se ha cultivado bien en la evolución del aprendizaje.
  • Las inversiones en igualdad, que son fundamentales para el futuro de la sociedad. Necesitamos inversiones para mejorar la infraestructura y los recursos del sistema educativo y mejorar así su funcionamiento.
  • Sistemidad, que significa una postura de mente y acción que va más allá de lo sistémico, que es un término analítico. El sistema no se puede cambiar sin que todas las capas del sistema tengan conciencia y responsabilidad en el cambio.

Los cuatro impulsores correctos integrados representan un cambio de sistema con mucho potencial en acción. Los cuatro tienen en común la centralidad de la persona y la apuesta por la comunidad educativa como artífice del cambio. También es significativo remarcar la importancia de reconstruir la sistemidad frente a la fragmentación tradicional de la educación, especialmente cuando la crisis de la COVID-19 que estamos viviendo se ha llevado por delante los mapas compartidos de avance futuro de nuestras instituciones.

Por el contrario, no podemos dejar solos a los cuatro impulsores de la transformación educativa incorrectos, aunque no estén completamente equivocados, ya que nos llevan en una dirección negativa. De esta forma, los impulsores incorrectos, con una buena orientación de los impulsores correctos mediante una acción coordinada y sostenida, nos pueden dirigir a un cambio de sistema exitoso.

El documento, ya en su parte final, nos plantea que el cambio de sistema no puede ser solo de arriba hacia abajo, ni solo de abajo hacia arriba, ni solo de centro hacia afuera. Y concluye: “Si deseas un cambio de sistema, ¡tú debes cambiar el sistema!”, y “lo más importante es que el momento es el adecuado”.

¿Te apuntas a anticipar ahora un cambio de sistema?

(1) Fullan, Michael. Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema. Centre for strategic education. CSE Leading Education Series, 1. Copyright 2021 CSE, Victoria.

Este artículo pertenece a la serie El futuro de la educación es ahora, puedes leer el primero AQUÍ.

El futuro de la educación es ahora

Es preciso mirar adelante y avanzar. No debemos perder tiempo, el futuro de la educación es ahora. En muchas de mis charlas y conferencias explico que, más allá de las dificultades y la energía que hay que emplear en el día a día, es importante reservar espacio y tiempo para anticipar el futuro. Es lo que llamo actuar con las dos manos para asegurar de alguna forma el futuro de la educación que deseamos.

Estamos viviendo situaciones extraordinarias, tanto en los ámbitos personal y vital, como en el profesional y el educativo. Desde hace ya más de un año, muchas escuelas y universidades de  muchos países siguen cerradas, obligadas a permanecer en lo que denominamos Enseñanza Remota de Emergencia (ERE), con importantes pérdidas educativas, de aprendizaje y de alumnos que todavía no sabemos cómo vamos a recuperar. Otras instituciones han podido abrir total o parcialmente, pero con profundos cambios operativos para garantizar la seguridad sanitaria, que han perturbado profundamente sus proyectos educativos.

Poco a poco, ola tras ola de contagio, vamos avanzando en nuestro día a día como podemos y sabemos, con la esperanza de que la vacunación de la población se generalice y podamos salir de esta pesadilla que nos está provocando mucho cansancio y desgaste.

Hace días que, en mis lecturas y reflexiones, no pienso en otra cosa que en plantear este tema de avanzar la salida de la crisis que el coronavirus ha producido en la educación… debemos encontrar energía, espacio, tiempo, ideas y reflexiones que nos impulsen a hacerlo. “Es ahora amigos, es ahora…”(1) es una vieja canción de mi juventud que hacía tiempo que no escuchaba y que ha venido a mi mente… Y es que es cierto: el futuro de la educación es ahora; es ahora cuando debemos trabajar en pro de la educación que soñamos… Es ahora cuando debemos anticipar lo que queremos que sea nuestra escuela… porque si no es ahora, ¿cuándo?

Es por ello por lo que este artículo, más allá de esta introducción, tendrá otras tres partes:

  • ¿Cuáles son los impulsores de la transformación educativa?
  • Aprendizajes de la pandemia
  • ¿Cuáles son las nuevas estrategias del futuro de la educación?

En la última sesión de los  CÍRCULOS de este mes de mayo debatimos sobre este tema con los directivos que participamos en ella, y esto debe servir para enriquecer esta serie de cuatro posts. Gracias por la participación a Luz Silva, Francisco Varela, Lucía González, Judite Morgado, Guillermo Lemos, Fabián Antunez, Rosalía Arnó, Francisco Robaliño, Bernardo Biana, Ignacio Cassi y Adriana López y al equipo de REIMAGINE EDUCATION LAB. 

¿Estás preparado para sumarte al futuro de la educación? ¿Te espero la próxima semana para entrar en materia?

Descubre cuáles son los impulsores de la transformación educativa AQUÍ.

Cita: texto escrito por Joan Soler i Amigó… y música de Jaume Arnella. Podéis escucharla AQUÍ.