Tres medidas para fomentar la equidad en la educación (parte 2)

Apoyo a los estudiantes desfavorecidos

En este segundo post de las medidas para fomentar la equidad en la educación nos centraremos en el apoyo a los estudiantes desfavorecidos.

 

No todos los y las estudiantes comienzan con el mismo nivel de ventaja. Algunos pueden enfrentar desafíos adicionales debido a su origen socioeconómico, su salud, su situación familiar, u otros factores. Como educadores, tenemos la responsabilidad de reconocer estos desafíos y proporcionar el apoyo adicional que estos estudiantes puedan necesitar.

 

  • ¿Cómo podemos hacer esto de manera efectiva?
  • ¿Cómo podemos asegurarnos de que todos los alumnos y alumnas tengan las mismas oportunidades para aprender y crecer?

 

A) Proporcionar servicios de tutoría o mentoría

 

Algunos estudiantes pueden necesitar ayuda adicional para mantenerse al día con sus estudios o para lidiar con los problemas personales o emocionales. Los servicios de tutoría y mentoría pueden proporcionar este apoyo adicional, ayudando a los estudiantes a superar los obstáculos y a alcanzar su máximo potencial.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo identificar a los estudiantes que pueden necesitar servicios de tutoría extra?
  • ¿Qué recursos están disponibles en mi escuela o comunidad para proporcionar estos servicios?

 

B) Implementar programas después de la escuela

 

Los programas después de la escuela pueden proporcionar un espacio seguro y enriquecedor para los estudiantes fuera del horario escolar. Estos programas pueden ofrecer una variedad de actividades, desde ayuda con los deberes hasta deportes y artes, y pueden ser especialmente beneficiosos para los estudiantes que pueden no tener acceso a estas oportunidades en casa.

 

Pregúntate a ti mismo:

  • ¿Qué tipos de programas después de la escuela podrían beneficiar a mis estudiantes?
  • ¿Cómo puedo trabajar con mi escuela o comunidad para implementar estos programas?

 

C) Trabajar con otros servicios de la comunidad

 

Algunos estudiantes pueden enfrentar desafíos fuera de la escuela que afectan su capacidad para aprender, como la inseguridad alimentaria o problemas de salud. Trabajar con otros servicios de la comunidad puede ayudar a abordar estos desafíos, proporcionando a los y las estudiantes el apoyo que necesitan para estar saludables y listos para aprender.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Qué desafíos fuera de la escuela pueden estar enfrentando mis estudiantes?
  • ¿Cómo puedo trabajar con otros servicios de la comunidad para abordar estos desafíos?

 

El apoyo a los estudiantes desfavorecidos es un aspecto crucial de la equidad en la educación. Al reconocer los desafíos que enfrentan estos estudiantes y proporcionar el apoyo que necesitan, podemos ayudar a garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades para aprender y crecer.

 

¿Estás listo para tomar medidas para apoyar a los estudiantes desfavorecidos en tu aula?

 

Desde Reimagine Education podemos ayudarte

Tres medidas para fomentar la equidad en la educación (parte 1)

La equidad en la educación es un objetivo que todos los educadores, las educadoras y miembros de la comunidad educativa deben esforzarse por alcanzar. Sin embargo, lograr la equidad no es una tarea sencilla; requiere de un compromiso constante para aprender, adaptarse y mejorar.

En este post, hemos profundizado en tres prácticas clave que pueden ayudar a promover la equidad en la educación:

 

  • La educación inclusiva
  • El apoyo a los estudiantes desfavorecidos
  • El mantenimiento de altas expectativas para todos los y las estudiantes

 

Cada una de estas prácticas presenta sus propios desafíos y oportunidades. La educación inclusiva requiere que reconozcamos y celebremos la diversidad en nuestras aulas, y que proporcionemos el apoyo necesario para que todo el estudiantado pueda participar plenamente en la vida escolar.
El apoyo al alumnado desfavorecido implica reconocer los desafíos adicionales que algunos estudiantes pueden enfrentar y proporcionar los recursos y servicios necesarios para ayudarles a superar estos desafíos. Y mantener altas expectativas para todos los alumnos y alumnas significa desafiar a todos nuestros estudiantes a alcanzar su máximo potencial, proporcionando la retroalimentación, el apoyo y la motivación que necesitan para hacerlo.

 

A lo largo de este post, hemos proporcionado preguntas para reflexionar y ayudarte a pensar en cómo puedes implementar estas prácticas en tu propio contexto. Al hacerlo, esperamos que puedas dar pasos concretos hacia la mejora de la equidad en tu aula y más allá.

 

  • ¿Estás listo para embarcarte en este viaje hacia una mayor equidad en la educación?

En este primer post te hablaremos de educación inclusiva y en siguientes posts del apoyo a los estudiantes desfavorecidos y del mantenimiento de altas expectativas para todo el alumnado.

Educación inclusiva

 

La inclusión es un concepto fundamental en la equidad educativa.

 

  • ¿Qué significa realmente ser inclusivo en el contexto educativo?
  • ¿Cómo podemos, como educadores, crear un ambiente que no solo tolere, sino que celebre la diversidad y garantice que todos los estudiantes tengan la oportunidad de participar plenamente en la vida escolar?

 

 

A) Implementación de programas de educación especial

 

Los estudiantes con discapacidades a menudo enfrentan barreras adicionales en la educación. Para garantizar que estos estudiantes tengan las mismas oportunidades de aprender y crecer, es esencial implementar programas de educación especial que se adapten a sus necesidades individuales. Esto puede implicar la adaptación de los métodos de enseñanza, la provisión de recursos de aprendizaje especializados y la formación de los maestros en la enseñanza inclusiva.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo adaptar mis métodos de enseñanza para satisfacer las necesidades de todos mis estudiantes?
  • ¿Qué recursos y formación necesito para enseñar de manera efectiva a los estudiantes con discapacidades?

 

B) Promoción de la diversidad cultural y lingüística

 

En nuestras aulas cada vez más diversas, es crucial que todos los estudiantes se sientan valorados y aceptados, independientemente de su origen cultural o lingüístico. Esto puede implicar la inclusión de diversas culturas y lenguas en el currículo, la promoción de la tolerancia y el respeto en el aula, y la provisión de apoyo adicional para los estudiantes que están aprendiendo el idioma de instrucción.

 

Pregúntate a ti mismo:

  • ¿Cómo puedo incorporar diversas culturas y lenguas en mi enseñanza?
  • ¿Cómo puedo fomentar un ambiente de respeto y tolerancia en mi aula?

 

C) Lucha contra el acoso y la discriminación

 

Para que todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender y crecer, es esencial que se sientan seguros y aceptados en la escuela. Esto implica tomar medidas firmes contra el acoso y la discriminación, y promover un ambiente escolar que sea acogedor para todos.

 

Pregúntate a ti mismo:

 

  • ¿Cómo puedo prevenir y abordar el acoso en mi aula o en el patio de la escuela?
  • ¿Cómo puedo asegurarme de que todos mis estudiantes se sientan seguros y aceptados?

 

La educación inclusiva es un viaje, no un destino. Requiere de un compromiso constante para aprender, adaptarse y mejorar. Pero al hacerlo, podemos ayudar a garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades para aprender y crecer.

 

¿Estás preparado o preparada para embarcarte en este viaje?

Desde Reimagine Education podemos ayudarte

 

Transformando la Educación: La Escuela como Comunidad de Aprendizaje

¿Alguna vez te has preguntado cómo podemos mejorar nuestras escuelas para que sean más efectivas en la enseñanza y el aprendizaje enfocado al desarrollo integral de la persona?

¿Cómo podemos transformar nuestras escuelas en comunidades de aprendizaje donde todos los miembros trabajen juntos para mejorar la educación?

En este post, exploraremos el concepto de «Escuela como Comunidad de Aprendizaje», una idea que puede ser la clave para la transformación educativa que necesitamos.

 

¿Qué es una Escuela como Comunidad de Aprendizaje?

 

Una Escuela como Comunidad de Aprendizaje es una escuela donde todos los miembros – docentes y otros educadores, alumnado, familias y la comunidad más amplia del entorno – trabajan juntos con un enfoque compartido en la educación de los estudiantes. En este tipo de escuela:

 

  • Se fomenta una cultura de participación y colaboración.
  • Se utiliza la mejora basada en datos y evidencia.
  • Se valora y se busca el apoyo externo y la sostenibilidad.
  • Se practica el liderazgo distribuido.
  • Se está abierto a aprender de otros fuera de la comunidad escolar.
  • Se construye colectivamente la capacidad de mejora continua.

El Enfoque en el Aprendizaje del Estudiante

 

El objetivo principal de una Escuela como Comunidad de Aprendizaje es la educación del alumnado mediante el aprendizaje.

Pero ¿cómo se logra esto?

 

  • Participación y colaboración: Todos los miembros de la comunidad escolar trabajan juntos para mejorar el aprendizaje del estudiante. Esto implica compartir ideas, estrategias y recursos, y apoyarse mutuamente en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

 

  • Mejora basada en datos y evidencias: Se utilizan datos y evidencias para informar y mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Esto puede incluir datos sobre el progreso de los estudiantes, incidentes de acoso escolar, comportamientos cívicos e implicación familiar en la escuela, entre otros.

El Apoyo Externo y la Sostenibilidad

 

Una Escuela como Comunidad de Aprendizaje no está aislada. Se conecta con otras comunidades de aprendizaje y busca apoyo externo para enriquecer su conocimiento y prácticas. Esto puede implicar:

 

  • Conexiones con otras escuelas: Las escuelas pueden aprender unas de otras compartiendo ideas, estrategias y mejores prácticas (redes de escuelas).

 

  • Relaciones con la comunidad más amplia: Las escuelas pueden trabajar con las familias, las organizaciones locales y otros miembros de la comunidad de su entorno para obtener apoyo y recursos adicionales.

 

  • Ayuda de equipos externos expertos en educación y cambio, que ayuden a concretar y avanzar a la comunidad educativa.

El Liderazgo Distribuido

 

En una Escuela como Comunidad de Aprendizaje, el liderazgo no recae solo en una o unas personas. En su lugar, todos los miembros de la comunidad escolar tienen un papel en el liderazgo de la escuela. Esto puede implicar:

 

  • Docentes y otros educadores como líderes: Los docentes asumen roles de liderazgo en la planificación e implementación de estrategias de enseñanza y aprendizaje.

 

  • Estudiantes como líderes: Los estudiantes pueden tener un papel en la toma de decisiones y en la mejora de la escuela.

 

La Construcción de la Capacidad de Mejora

 

Una Escuela como Comunidad de Aprendizaje se compromete con la mejora continua. Esto implica:

 

  • Desarrollo profesional continuo para los docentes y otros educadores: Los docentes, así como todas las personas que trabajan y colaboran en la escuela, participan en la formación continua para mejorar sus habilidades y conocimientos.

 

  • Cultura de altas expectativas: Se fomenta una cultura de altas expectativas, donde todos los miembros de la comunidad escolar creen que pueden mejorar y trabajar juntos para hacerlo.

El Capital Profesional y Social

 

Finalmente, una Escuela como Comunidad de Aprendizaje valora y cultiva el capital personal, profesional y social.
El capital personal hace referencia al desarrollo vital de los docentes y educadores y su conexión con vocación y su rol de referentes humanos para el alumnado. El capital profesional se refiere a las habilidades, conocimientos y experiencias de los docentes y educadores, mientras que el capital social se refiere a las redes de relaciones y las normas compartidas que pueden ser utilizadas para mejorar la enseñanza y el aprendizaje.

 

En conclusión, la idea de la «Escuela como Comunidad de Aprendizaje» ofrece una visión poderosa para la transformación educativa. Al trabajar juntos con un enfoque compartido en la educación integral del alumnado, podemos crear escuelas que sean más efectivas, innovadoras, inclusivas, sostenibles y avanzadas.

¿Estás listo para unirte a este movimiento y transformar tu escuela en una Comunidad de Aprendizaje?

Desde Reimagine Education podemos ayudarte.

Interesante reflexión de George Monbiot sobre la innovación y el cambio educativo

Reimagine Education se relaciona profundamente con las reflexiones presentadas en el texto de George Monbiot. Al igual que él, nos encontramos en un cruce de caminos que nos llama a reformular el sistema educativo actual para preparar a nuestros estudiantes ante un mundo en constante cambio y evolución.

 

Enfoque centrado en la persona:

Reimagine.education promueve un enfoque educativo que pone a la persona en el centro. Al igual que Monbiot, creemos en la necesidad de preparar a los estudiantes para un mundo incierto y en constante cambio, equipándolos con las herramientas para liderar su propio camino, tanto a nivel personal como profesional. Al definir perfiles de egreso que tienen en cuenta las necesidades humanas y personales, ayudamos a las instituciones a formar individuos capaces de adaptarse, innovar y prosperar en cualquier circunstancia.

Diseño de experiencias de aprendizaje:

Compartimos con Monbiot la creencia en la necesidad de trascender las asignaturas y disciplinas tradicionales, promoviendo en cambio una educación que rompe barreras y fomenta el pensamiento interdisciplinario. En más de 15 países, reimagine.education acompaña a instituciones educativas en el diseño de experiencias de aprendizaje que se enfocan en procesos metacognitivos y en la centralidad de la persona. El currículo oficial se utiliza como una herramienta, subordinado al proyecto educativo y no como el objetivo en sí mismo.

Metacognición y meta-habilidades:

Al igual que Monbiot, reimagine education enfatiza la importancia de enseñar habilidades de orden superior como la metacognición. Al entender y observar sus propios procesos de pensamiento y aprendizaje, los estudiantes pueden adquirir una mayor resiliencia y adaptabilidad, convirtiéndose en aprendices autodirigidos capaces de responder a desafíos inesperados y de aprender de manera continua a lo largo de la vida.

 

Reimagine education comparte con Monbiot la visión de una educación que se adapta a nuestro mundo en constante cambio, poniendo a las personas en el centro, promoviendo la metacognición y la interdisciplinariedad, y utilizando el currículo como una herramienta flexible para lograr estos objetivos. Estamos convencidos de que este enfoque es esencial para preparar a los estudiantes para afrontar los desafíos del futuro con resiliencia, creatividad y éxito.

Estamos convencidos de que este enfoque es esencial para preparar a los estudiantes para afrontar los desafíos del futuro con resiliencia, creatividad y éxito.

¡Imaginemos un futuro en el que cada estudiante se siente preparado para afrontar un mundo en constante evolución! En reimagine.education nos unimos a las reflexiones inspiradoras de George Monbiot y nos ponemos en marcha para reinventar la educación tal y como la conocemos.

 

Creemos que cada estudiante es único y valioso. Por eso, trabajamos para darle un giro al enfoque educativo, poniendo a la persona en el centro. Equipamos a nuestros estudiantes y estudiantas con las herramientas que necesitan para abrirse camino a nivel personal y profesional, para enfrentar la incertidumbre con valentía y creatividad.

 

Nos emociona trascender los límites de las asignaturas y disciplinas tradicionales, y abogar por una educación que rompe barreras, estimula el pensamiento interdisciplinario y genera verdadera innovación. ¡Hemos trabajado con instituciones educativas en más de 15 países, creando experiencias de aprendizaje que transforman vidas!

 

Estamos convencidos de que la metacognición y las meta-habilidades son esenciales en el mundo de hoy. ¡Qué maravilloso es cuando un estudiante aprende a observar y comprender su propio proceso de pensamiento! Es entonces cuando se convierte en un aprendiz autodirigido, listo para responder a desafíos inesperados y mantenerse aprendiendo durante toda su vida.

 

En resumen, nos unimos a Monbiot en la visión de una educación que se adapta a nuestro mundo en constante cambio. Nos esforzamos para poner a las personas en el centro, para promover la metacognición y la interdisciplinariedad, y para usar el currículo como una herramienta flexible para alcanzar estos objetivos.

 

Nos mueve la convicción de que este enfoque es esencial para preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del futuro con resiliencia, creatividad y éxito. ¡Únete a nosotros en esta apasionante aventura de Reimaginar la Educación!

¿Cómo gestionar la energía y el tiempo para conseguir un futuro educativo diferente?

Personalmente, algo que me ha sorprendido siempre mucho del mundo educativo, especialmente de las escuelas, pero a menudo también de las universidades, es la dificultad de los equipos directivos (entendiendo este concepto de forma amplia) para destinar tiempo y energía del presente para preparar un futuro educativo diferente para los alumnos que vendrán.

Hay varios elementos que me gustaría destacar al respecto. En primer lugar, la tendencia a centrarlo todo en la acción y no reservar tiempo para la reflexión. Normalmente, los tiempos especialmente pensados para parar y reflexionar, leer el entorno y formular miradas hacia el futuro son muy escasos. La acción, y solo la acción constante, para resolver multitud de incidencias cotidianas, nos absorbe.

En segundo lugar, centrados en esta acción absorbente, damos al día a día toda la energía que tenemos… y más. Es decir, le destinamos el 125 o el 150 % de lo que somos y hacemos. Día tras día, año tras año. Seguramente hay momentos en los que pensamos que llegará una semana o un día en los que no tendremos incidencias o acciones por hacer y, entonces, por fin, podremos reflexionar sobre lo que es realmente importante y las cuestiones de fondo… Y ese momento no llega nunca, lo que genera un cansancio y una frustración considerables.

conseguir un futuro educativo diferente

¿Se puede salir de lo cotidiano y pensar en un futuro educativo diferente?

Creo que estos dos hechos de más arriba tienen mucho que ver con el encargo que los equipos directivos han interiorizado, en línea, seguramente, con lo que el sistema educativo les ha pedido: hacer que las cosas funcionen cotidianamente de la mejor manera posible y con las mínimas interrupciones y conflictos posibles. Y, esto, por supuesto, es importante. Pero, con este encargo, hoy, en un mundo en plena transformación y cambio, ya no hay suficiente.

Hay otro encargo tan importante como este: preparar un futuro educativo diferente para las generaciones de alumnos que todavía no se han incorporado a la escuela. O para los que se acaban de incorporar (por ejemplo, con 3 años) y que aún tienen 14 años de educación por delante. De hecho, un niño que se haya incorporado a la escuela con 3 años, saldrá en junio de 2038.

Se trata de dirigir, coordinar e impulsar con ambas manos: con una, aseguramos el día a día; con la otra, reservamos espacios, energía y tiempo para crear un futuro educativo diferente. Esta segunda mano también es nuestra responsabilidad y debe formar parte de nuestro encargo. Y tendremos que desarrollarlo con los recursos de los que disponemos (pidiendo siempre que nos den más) y con el tiempo que gestionamos. No digo que sea fácil, pero conozco a muchas directivas y directivos de la educación que lo hacen y avanzan hacia innovaciones y cambios trascendentales para los niños, niñas y jóvenes actuales y, sobre todo, para los que vendrán en el futuro.

futur educatiu diferent

Mi experiencia desde el punto de vista de Reimagine Education

Esto que explico, además, está presente en todos los países (cerca de 15) de Europa, América y África en los que colaboramos con instituciones educativas para impulsar este y otros cambios. Me atrevería a decir, pues, que es un hecho universal de la educación, que, junto con la gran inercia que también arrastra la organización educativa, dificulta el camino de la transformación y exige una gran dosis de convicción y liderazgo consciente por parte de los equipos directivos.

De hecho, los dos años que pude trabajar profesionalmente en el sector de la salud como gerente de un importante instituto de investigación dentro de uno de los mayores y más avanzados hospitales de Europa, me sorprendió el convencimiento y la práctica de los profesionales de la salud de reservar siempre una parte de su tiempo de hoy para investigar y formarse para poder curar más y mejor a los enfermos de mañana… Si no, me decían, la salud no avanzará. Y me mostraban indicadores de mejora en los cuidados y los resultados que seguían de forma permanente.

Y yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que los profesionales de la educación no incorporemos esta mirada y marco mental de buscar un futuro educativo diferente para los alumnos que todavía no conocemos? No será porque la vida en un gran hospital no sea intensa y no falten tiempo y recursos como en la educación.

Y, entonces, ¿por qué será? Espero vuestras reflexiones sobre todas estas cuestiones en los comentarios.

Retos de la educación ante la emergencia climática

El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático: es un día para tomar consciencia de este fenómeno que afecta a todo el planeta (aunque de forma desigual), comprender sus causas y consecuencias y, sobre todo, pasar a la acción también desde la educación, ¿cuáles son los retos de la educación ante la emergencia climática?

Por cambio climático entendemos el proceso de cambio de la climatología y la temperatura general de la Tierra como resultado de la acción humana, especialmente por la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases, los generamos principalmente con la quema de combustibles fósiles, el uso del suelo, el uso de la energía y las actividades industriales (incluyendo la agricultura y la ganadería industriales). Más allá de estas causas materiales, existen unos puntales intangibles que sustentan estas prácticas. Algunos pueden ser el sistema capitalista, la visión mecanicista de la naturaleza o la cultura de explotación y dominación de recursos y personas.

Es un fenómeno que, por tanto, además de incluir el ámbito medioambiental y de la salud pública, se extiende también al ámbito social y de los derechos humanos, ya que afecta especialmente a las generaciones futuras e incide de forma más intensa en las regiones del planeta donde hay mayor concentración de pobreza. También se hace más presente en las poblaciones más vulnerables, lo que pone de manifiesto las desigualdades de clase, género, sexualidad, racismo y colonialismo.

Reptes de l’educació davant l’emergència climàtica

¿Qué se está haciendo ante la emergencia climática?

Desde hace décadas, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) expone la gravedad de las consecuencias del cambio climático tanto para la humanidad como para todos los seres vivos del planeta, e insta a tomar medidas urgentes en los ámbitos gubernamental, empresarial y ciudadano, y también, muy especialmente, en el ámbito educativo.

La educación es, a nuestro entender, un ámbito desde el cual podemos llevar a cabo un trabajo muy importante. Este trabajo relacionado con el cambio climático, lo vemos muy vinculado al proceso de transformación de la educación que planteamos desde este blog y, esta semana, nos parece clave centrarnos en él y hablar sobre él.

Una de las acciones que se plantean a menudo para relacionar el cambio climático y la transformación educativa se basa en la oportunidad que nos brinda el enfoque globalizador de los contenidos educativos. Efectivamente, si en nuestras opciones de contenidos dentro del modelo educativo hemos optado por el enfoque globalizador, encontramos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una forma diferente de enfocar el problema y trabajarlo con nuestros alumnos. La apuesta por la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad nos ayuda a comprender e interpretar la realidad desde otra perspectiva, y nos prepara para comprometernos de otra forma. Este nos parece ya un camino insoslayable que cualquier proyecto educativo debe asumir y, especialmente, cualquier proyecto educativo de innovación y cambio.

Retos de la educación ante la emergencia climática

¿Cuáles son los retos de la educación ante la emergencia climática?

Seguramente, hay que ir más allá, ya que con la mejora de la eficiencia energética y tecnológica que podemos conseguir en los próximos años no habrá suficiente. Necesitamos un cambio de estilo de vida colectivo que se sustente en una relación diferente con la naturaleza. Tenemos muchas formas de aproximarnos a esta relación diferente con la naturaleza que proponemos, pero un posible camino, todavía poco explorado, lo tenemos en la definición del perfil humano de salida de nuestro alumnado. Podemos plantearnos que, más allá de la perspectiva mecanicista y materialista del mundo y la naturaleza y de la visión que aportan las ciencias naturales y el estudio del medio, podríamos incluir en este perfil y en nuestros objetivos educativos conseguir un vínculo más cercano, natural y diferente de los alumnos con la naturaleza.

Se trataría de ir más allá de los necesarios conocimientos más académicos para cultivar y nutrir un vínculo más profundo con la naturaleza en toda la comunidad educativa: el profesorado, el alumnado, las familias y la ciudadanía. Un vínculo emocional e íntimo que fuera la base de una relación personal sana, equilibrada y armoniosa entre el planeta, con la Madre Tierra, y todos sus habitantes.

Y, si el reto es cultivar una relación y un vínculo diferentes con la naturaleza que nos acompañen hacia unos comportamientos diferentes como sociedad, deberemos hacerlo con formas diferentes a las que hemos utilizado hasta ahora. Tenemos varios caminos… Uno podría ser, sencillamente, como docentes y miembros de equipos directivos de instituciones educativas, pasar más ratos en la naturaleza para buscar un vínculo diferente con ella: desde un parque urbano a un bosque, una montaña, una playa o un prado. Y convertirlo en un hábito cotidiano en el que reservamos unos minutos para, simplemente, pasear por la naturaleza y observarla en silencio, con los sentidos del cuerpo y del corazón bien abiertos. Otra vía podría ser hacer entrar la naturaleza en la escuela y darle un lugar específico en el espacio y la vida del centro… Hay tantas oportunidades y posibilidades de hacerlo además del recreo y el huerto… Seguramente necesitamos replantear inercias, costumbres y miradas.

Son propuestas sencillas, pero que inician el camino de establecer un profundo vínculo con la Tierra integrado en el tipo de persona que queremos educar. ¿Hablamos?

Nuevas miradas y tendencias educativas de la pospandemia

Ya hace tiempo que vengo afirmando que habrá un antes y un después de la crisis de la COVID-19 en el ámbito educativo. Pero no nos confundamos, ya estamos en ese “después” y, por tanto, hablar de tendencias educativas de la pospandemia es hablar ya en presente, no en futuro.

El impacto que ha supuesto la pandemia ha provocado que las personas, las instituciones educativas y la sociedad en general hayan tenido que repensar su vida y, sobre todo, su mirada hacia el mundo.

Lo que sí es cierto es que, antes de la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas, la educación ya estaba en crisis: ya estaba “obsoleta” en lo relativo a los elementos básicos del proceso de enseñar y aprender, porque la inercia de las propias instituciones no les permitía salir y abrirse a nuevas posibilidades.

Las vivencias y los aprendizajes (tecnológicos y de relación y vínculo) han hecho evolucionar a muchos equipos directivos e instituciones educativas, que han aprovechado la salida de la crisis pandémica para impulsar proyectos de transformación educativa.

Muchos de los cambios que se están introduciendo pasan por definir un perfil educativo de salida del alumnado basado en los rasgos y competencias que se desean alcanzar y, a partir de aquí, estructurar un nuevo modelo educativo. Este nuevo modelo educativo tendrá que poner al alumnado en el centro utilizando la tecnología disponible y deberá implementar en el aula y en el centro estos cambios para seguir avanzando.

tendecias educativas pospandemia hoy

¿Qué tendencias educativas de la pospandemia han venido para quedarse?

El informe Innovating Pedagogy 2022, que han publicado la Open University y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), recoge las 10 tendencias pedagógicas pospandemia de las que más se oirá hablar.

Quiero pensar que, más que pedagogías (que es una palabra muy sonora), se quieren referir a experiencias o tendencias educativas que se han ido desarrollando en los últimos años y que, con la crisis de la COVID-19, han servido de fuente de inspiración para que numerosas instituciones educativas se atrevan a emprender acciones para conseguir innovación y cambio.

Algunas de ellas son tan necesarias como la pedagogía de la autonomía. Es fundamental que el alumnado tome las riendas de su aprendizaje, y se convierta así en el protagonista autónomo de su proyecto vital.

Teniendo en cuenta que los sistemas duales o híbridos han venido para quedarse, destacaría también la importancia de la educación para el bienestar. Las instituciones educativas tienen que poner a la persona, su desarrollo y crecimiento en el centro (ya sea la persona del alumno o la del docente) del proceso de enseñar y aprender, y generar atmósferas y entornos de inclusión y respeto.

Como cualquier tendencia, algunas de las que señala el informe, con el paso del tiempo, se diluirán o se integrarán en otras, como es el caso de la pedagogía del malestar, que se refiere a un proceso de autoexamen que sirve para que el alumnado se cuestione de una manera crítica sus sistemas de pensamiento como la opresión, el racismo o la injusticia social. Se denomina así porque es un proceso que puede provocar una amplia gama de emociones, incluida la del malestar. A pesar de lo efímero de su propuesta, nos puede hacer reflexionar; de aquí su utilidad.

cuatro claves de las tendencias educativas pospandemia

Cuatro claves para la educación en los próximos años

Además de las que menciona el informe, me gustaría ir más allá e introducir algunas tendencias educativas de la pospandemia que no están presentes en él y que considero que van a ser clave en los próximos años, como son:

  • El acompañamiento integral del alumnado a lo largo de todo su ciclo, pero englobando mucho más que las actuales tutorías, que ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que ya han quedado superadas.
  • El trabajo cooperativo y en comunidad entre el alumnado y el equipo docente.
  • La incorporación de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, que nos hace ir más allá de la simple concatenación de asignaturas.
  • La experiencia que vive el alumnado como elemento fundamental del aprendizaje, lo que nos impulsa a diseñar, crear y dinamizar experiencias de aprendizaje y desarrollo que amplíen la “simple” vivencia de una asignatura dentro de una clase más o menos magistral.

Continuaremos observando las experiencias y tendencias de transformación y cambio de la salida de la pandemia. En pocas semanas, volveremos a escribir en torno a este importante tema. ¿Tienes alguna sugerencia o comentario al respecto? ¡Te esperamos en los comentarios!

¿Por qué y para qué educamos a los niños, las niñas y los jóvenes?

Estas dos preguntas son fundamentales y propias de muchas materias, debates y congresos. En cualquier caso, sin ser especialista en esta materia, según mi experiencia de liderazgo y acompañamiento en multitud de procesos de transformación y cambio, quiero compartir algunas reflexiones que creo que son interesantes sobre por qué y para qué educamos.

Desde mi punto de vista, debemos centrarnos en estas dos cuestiones y reflexionar sobre ellas antes de emprender cualquier tipo de innovación, transformación o cambio e implementarlos en las políticas de una institución educativa (pública o privada), porque la mirada y el énfasis de lo que haremos siempre vendrán enmarcados de acuerdo con la respuesta que demos a estas dos preguntas.

Viene a ser como preguntarse hacia qué cima quiero ir cuando voy a hacer montaña o qué dirección tomaré cuando salgo de puerto. Y, precisamente, creo que el problema de muchos cambios e innovaciones que se plantean es que no parten de esa reflexión, sino que proponen cambios sobre lo que ya existe sin cuestionarse a fondo muchas de las inercias del sistema. Pero vayamos paso a paso.

por qué educamos

¿Por qué educamos?

Educamos para que los niños, las niñas y los jóvenes lleguen a ser personas que puedan vivir plenamente sus vidas en el momento y el contexto que les toca vivir. Esto significa plantearse seriamente un enfoque integral de su proceso educativo, que vaya mucho más allá de la transmisión de conocimientos y que priorice el autoconocimiento, el aprendizaje de la relación con los demás, el entendimiento del mundo que les rodea y la interrogación sobre las grandes preguntas del sentido de la vida. Educamos, pues, en la vida y para la vida. Al fin y al cabo, estamos hablando de casi 20 años de proceso educativo y de la necesidad de seguir formándonos a lo largo de la vida.

A menudo, para aclarar las reflexiones, puede ser interesante decir para qué no educamos: no educamos (estrictamente hablando) para cubrir un puesto de trabajo, ni para integrarse en un sistema productivo, ni para modelar un sometimiento a la sociedad existente (aunque la mayor parte de sistemas educativos nacen para eso). Al contrario, creo que hay que educar a personas que se conozcan y que sepan gestionar sus emociones y relaciones; que sean curiosas, críticas y analíticas; que puedan encarar el pensamiento complejo e interdisciplinario, y que cuenten con la imaginación y la creatividad como partes de su saber hacer. En definitiva, personas que “piloten” su propia vida.

Por supuesto, esto no quiere decir que no se tengan que aprender muchas cosas: para ser una persona completa y poder vivir plenamente el tiempo que te toque vivir, hay que saber muchas cosas, y, sobre todo, hay que saber aprender a aprender. Esto, será imprescindible hacerlo constantemente (seguramente es lo más importante). Esta cuestión es muy interesante, y cada vez hay más evidencia científica sobre ello, hasta el punto de que ya es más importante la forma en que se aprende que lo que se aprende. Es decir, la forma en que se accede y se adquiere el conocimiento es clave en lo que podemos denominar la construcción de la persona (o, lo que es lo mismo, en su “mirada” hacia la vida o, como dicen los anglosajones, en la conformación del carácter de la persona).

Y, para educar para la vida, es necesario que las instituciones educativas (y, por supuesto, los gobiernos, cuando implementan las políticas públicas educativas) se planteen qué tipo de ciudadano queremos educar, o, lo que es lo mismo, qué perfil de salida del proceso educativo de su institución quieren obtener. Muchas leyes proclaman/lanzan grandes declaraciones al respecto en sus preámbulos; pero otra cosa es que, luego, todo se quede en agua de borrajas o que sea un simple brindis al sol.

por qué y para qué educamos

¿Para qué educamos?

He comentado, respondiendo a la primera pregunta, que queremos invitar a los niños, las niñas y los jóvenes a convertirse en la persona que quieran ser, en un clima y un entorno que les deben provocar y proponer los rasgos que he comentado antes (o los que decidan proponerse). Evidentemente, su decisión será libre, pero la neutralidad no existe, y, por tanto, educar es invitar manifestando nuestras sugerencias a la persona que nos proponemos educar.

Vivimos en un mundo profundamente injusto y agrietado con grandes problemas y retos (se puede consultar el planteamiento de los ODS de la ONU), y necesitamos personas que se comprometan a mejorarlo y transformarlo. Personas que no se aprovechen del mundo o de los demás para vivir mejor. Personas que apuesten por alguna causa, la que quieran, pero alguna.

Y he aquí mi respuesta a la segunda pregunta: educamos para que las personas se comprometan (donde quieran, en lo que quieran y con quien quieran) a mejorar y transformar el mundo. De esta forma completamos la primera respuesta y enmarcamos cualquier intervención, innovación o cambio que queramos implementar en educación en este contexto. Por eso debemos poner aún más en crisis las metodologías actuales e incorporar otras que hagan del proceso educativo de los niños, las niñas y los jóvenes una experiencia de crecimiento personal y aprendizaje diferente (por ejemplo, metodologías activas o aprendizaje y servicio, entre otros).

Y, claro, si trabajas a fondo la respuesta a estas dos preguntas, para mí, es evidente que es necesaria una transformación profunda y urgente del proceso educativo a todos los niveles. Esto es en lo que estamos trabajando con muchas instituciones en muchos países distintos.

¿Nos ponemos a ello?

Uruguay, capital de la transformación educativa en septiembre

Uruguay se convierte, por primera vez, del 27 al 29 de septiembre en el centro de estudio de la transformación educativa de América Latina y Reimagine Education formará parte de esta cita histórica.

Educar para la vida

En muchas partes del mundo acabamos de iniciar un nuevo curso o ciclo académico; vamos saltando años y avanzando en la década de los años veinte de este siglo XXI.

Entramos en el curso 22-23 sin mirar hacia atrás (nos vamos olvidando de la pandemia), un poco más desconcertados frente a la velocidad del cambio (¿Qué nuevas disrupciones vendrán?) y, por supuesto, arrastrando un cierto cansancio (todo se va encadenando, y afrontar la gestión de la crisis de la COVID-19 supuso mucho desgaste…).

Sin embargo, ahora más que nunca, por encima de estas sensaciones, por encima del ruido y las dificultades existentes, necesitamos un nuevo impulso a la transformación educativa.

Son muchas las iniciativas de instituciones educativas y gobiernos para impulsar transformaciones y cambios. Solamente para citar algunos ejemplos, los gobiernos de México, Uruguay y España están impulsando profundas y necesarias reformas curriculares y de enfoque en sus sistemas educativos, y centenares de escuelas y universidades afrontan con ilusión proyectos de modernización, digitalización, innovación o transformación de sus modelos, organizaciones y oferta educativa.

Y, por supuesto, aparecen dificultades; porque innovar y transformar la educación no es fácil. Aun así, aunque las iniciativas gubernamentales o de las instituciones a menudo no disponen de la necesaria metodología del proceso de cambio o de la imprescindible construcción de una coalición que apoye la transformación, se van abriendo camino y haciendo realidad muchas y muy interesantes innovaciones.

educar para la vida

¿Qué nos espera este nuevo curso?

Es el momento de plantear nuevos sueños y transformaciones para la educación en todo el mundo y a todos los niveles. Las personas, las instituciones y los países necesitamos proyectos de cambio sistémico a los que nos podamos sumar o que podamos definir y liderar, que nos ayuden a avanzar hacia nuevas formas de vivir y relacionarnos entre nosotros y con el mundo y la naturaleza. Y, en este punto, la transformación educativa es clave.

Más allá de las iniciativas de digitalización y de la creciente importancia de la tecnología como mediadora, más allá de la incorporación del enfoque por competencias en los currículums, más allá de la incipiente aparición de lo que se denomina metaverso, necesitamos educar personas para la vida.

¿Te sumas?