CÍRCULOS RIEDUSIS: una comunidad internacional para transformar la educación

A finales de abril de este año, en plena primera ola de la crisis del COVID19, lanzamos los CÍRCULOS RIEDUSIS, una comunidad internacional de directivos y directivas para transformar la educación. Y ayer realizamos ya la quinta sesión virtual de trabajo con los más de treinta líderes que la componen juntamente con el equipo de RIEDULAB.

El equipo de consult-coaches de Reimagine Education Lab, lleva ya más de tres años colaborando con más de 50 instituciones educativas en cerca de quince países… y ha generado, por tanto, miles de horas de encuentro, conversación, reflexión, debate, formación, transferencia, acompañamiento y conexión… y, sobre todo, ha colaborado en poner en marcha centenares de equipos, iniciativas y prototipos para transformar la educación. Y al calor de todo este trabajo y vida han nacido vínculos y amistades personales y profesionales de directivos y directivas que han adoptado la metodología RIEDUSIS para transformar las instituciones educativas en su escuela y que están impulsando interesantes experiencias de cambio educativo.

Y pensamos que era una gran oportunidad crear una comunidad internacional con estos líderes educativos para: compartir el momento presente tan disruptivo y retador, y reflexionar sobre los elementos de futuro para continuar empujando y liderando la transformación educativa. En definitiva, para jirafearnos en tiempos de coronavirus y encontrar espacios que nos ayuden a avanzar y superar la presión del día a día.

En la actualidad forman parte de esta iniciativa diez instituciones educativas y tres redes de escuelas de Europa y Latinoamérica que agrupan a más de ocho mil docentes y cerca de cincuenta mil alumnos y alumnas.

Estamos construyendo y viviendo una comunidad educativa de líderes transformadores que comparte y cocrea la escuela del futuro desde nuestro presente, y ello es, seguro, una gran ayuda y apoyo para no estar solos y avanzar juntos.

#EsHoraDeAcompañar a los directivos y directivas en su difícil y complejo quehacer de liderar el día a día y a la vez continuar impulsando la trasformación educativa. Y los CÍRCULOS REIDUSIS nos ayudan a ello.

Fuerzas y limitaciones del cambio educativo

La educación es la mejor herramienta para cambiar el mundo, y debe transformarse. Hay cambios necesarios, inevitables, y nuestro sistema educativo, tal como lo conocemos, reclama que todos y cada uno de los actores que forman parte de la comunidad educativa unamos fuerzas, soñemos y trabajemos colectivamente para alcanzar el horizonte de cambio. La crisis del coronavirus no ha hecho más que recordárnoslo. Por eso, hoy más que nunca es necesario identificar las fuerzas y limitaciones del cambio educativo.

Sí, la educación debe reimaginarse. Debe repensarse, deconstruirse y volver a combinar los elementos que la conforman de otra manera, lo cual, además de muy complejo, es un desafío que requiere conexión interna, convicción personal, cierto grado de audacia, saber adónde queremos ir y liderazgo colectivo. La escuela, la universidad, son personas. Personas que hacen cosas (muchas cosas) con otras personas y para las personas. Y solamente la persona, cada una de ellas, puede decidir realizar un cambio educativo. Y solo si lo decide en su interior, si sueña y se arriesga a dar el salto.

Y precisamente en el interior de las personas, y sobre todo en el interior de los equipos directivos, reside la principal fuerza y también la limitación más importante para realizar el cambio. La fuerza para el cambio reside en la conexión entre la vocación y la mirada dirigida a la persona y al futuro. La limitación radica en los marcos mentales desajustados respecto al movimiento que vivimos y al futuro que adivinamos. Las creencias limitantes y no contrastadas; las inercias y costumbres producto de años de actividad; los miedos, individuales y colectivos; la dependencia de la administración educativa y la poca confianza en los propios educadores y equipos; los comportamientos seguidistas… he aquí los principales frenos que retardan el avance.

Si quieres profundizar sobre las fuerzas y limitaciones del cambio educativo, lo desarrollo en profundidad en el libro Reimaginando la educación, 21 claves para transformar la escuela; y también lo iré desarrollando más en próximos posts.

Vídeo del webinar «Impacto y retos en la educación a raíz de la crisis del coronavirus»

A continuación encontraréis el vídeo del primer webinar #EsHoraDeTransformar la educación, realizado el 15 de abril de 2020, y que se titula «Impacto y retos en la educación a raíz de la crisis del coronavirus: Del activismo innovador a la estrategia transformadora». Fue presentaro y moderado por Alba Ayneto, e intervinieron como ponentes Xavier Aragay y Jonquera Arnó, de Reimagine Education Lab.

Os recordamos que los próximos webinars serán el 22 de abril, que hablaremos de «Replantear el proceso de enseñar y aprender: De la enseñanza remota de emergencia al aprendizaje centrado en el alumno» con Lluís Tarín y Xavier Aragay; y el 29 de abril, que trataremos la temática de «Avanzar en la transformación educativa:  Metodologías y herramientas para impulsar un cambio profundo para no volver a la «normalidad» anterior», con Xavier Aragay y Mariana Martínez. Todos los webinas seran a las 18h hora de España peninsular (GMT +2). Al final de este post encontraréis el enlace para inscribiros.

Una libreta para la vida, para cambiar nuestra mirada y la de nuestros alumnos

Ya llevamos bastantes días confinados en casa observando cómo somos capaces de vivir sin hacer tantas cosas fuera de ella. Las escuelas están cerradas y todos los docentes y directivos, con un gran espíritu de generosidad y compromiso, hemos ido buscando maneras de asegurar el ritmo de aprendizaje de nuestros alumnos. Hemos querido trasladar la escuela que teníamos y vivíamos, a cada casa, con nuestros alumnos y sus familias. Está siendo un esfuerzo épico.

Casi sin quererlo, hemos creado una nueva vía para educar. Y junto a esa nueva manifestación de ser educador, mayoritariamente desconocida para muchos y muy poco entrenada, hay que gestionar el ritmo de la familia, la preocupación por los seres queridos, por la salud, por el futuro…

Nadie nos avisó de este viaje. No estábamos preparados, ni como escuela, ni como educadores, ni como directivos. Creíamos que la escuela era casi inamovible, estática, siempre ha estado allí y justo ahora se para y no precisamente para irnos de vacaciones, sino para situarnos en otra perspectiva, en otra mirada, en la tesitura de rescatar lo esencial, acompañar, ayudar a crecer, ayudar a pensar y quizá menos a hacer o solamente a transmitir contenidos… La realidad nos ha obligado a frenar.

Y sabemos que aunque tarde, volverá aquella escuela presencial que dejamos, volverá la “normalidad”… ¿Cómo anticipamos y nos preparamos desde ahora para que sea distinta? ¿Cómo aprovechamos este tiempo para transformarnos para transformar?

Para nosotros, una de las herramientas que nos puede ayudar más es la Libreta del Itinerario Personal, que también podemos llamar, el cuaderno de la vida. En Reimagine Education Lab iniciamos todos los seminarios entregando un cuaderno para este cometido. Invitamos a directivos y docentes a incorporar esta poderosa herramienta a su vivir diario, como un aliado, un amigo… un confidente que nos acompaña a encontrarnos con nosotros mismos, con lo esencial, con la incertidumbre, con la gratitud, con la inspiración. Una herramienta que nos ayuda a tomar perspectiva de las situaciones que vivimos… En definitiva, como dice Otto Scharmer, para conectar con nuestra fuente interior y dejar fluir, sin ponernos freno alguno, como quien deja fluir la corriente de un río. Así de simple y así de complejo.

El proceso de cambio que estamos viviendo, tanto nosotros como nuestros alumnos y familias, pide caminar y adoptar maneras de hacer diferentes. Requiere tiempo, tiempo para transformar marcos mentales, para conocernos y para hacernos preguntas: ¿Qué deseo? ¿Qué persona quiero ser? ¿Qué educador? ¿Qué directivo? ¿Qué quiero dejar porque, en esta nueva realidad que está surgiendo, ya no me será útil? ¿Qué es aquello que voy a necesitar y quiero que nazca en mí?  Cuando termine todo, ¿imagino y quiero la misma escuela?…

Así pues, ahora que todo se ha parado (sí, ¡ahora!), te invito a que cojas una libreta, la que tú quieras, la personalices con colores, frases, imágenes y cuando ya te hayáis conocido, párate y piensa qué quieres compartir con ella. ¿Quizás aquellos aprendizajes sobre tu ser educador que estás haciendo estos días? ¿Quizás qué líder van a necesitar nuestros equipos y nuestra escuela? ¿Qué es lo que me da sentido como educador? ¿Cuál es a la semilla que quiero que nazca en mí cuando vuelva a la escuela? ¿Voy a ser igual? ¿Qué mirada quiero tener hacia mis compañeros y alumnos?… Elige un camino, una recorrido, deja fluir y disfruta. Es en estos momentos donde se hace imprescindible MI LIBRETA, un lápiz y un espacio/tiempo para escribir cada día. El valor de escribir estriba en dejar fluir para anclar, vislumbrar, descubrir patrones, esquemas, agradecer, amarte, perdonarte y permanecer en tu esencia real, en aquello que eres y vives. Y esta práctica sencilla pero profunda, unida a un tiempo de meditación, se convierte en el anclaje más poderoso de nuestro ser.

Y esta herramienta también podemos utilizarla con nuestros alumnos, en nuestra tutoría. Tenemos una gran oportunidad de compartir esta acción-reflexión con ellos. Que escriban su diario del confinamiento. En casa. Escribiendo lo que piensan, lo que hacen, lo que sienten… Y después lo compartimos… juntos.

El viaje hacia nuestro interior es una aventura a la vez arriesgada y apasionante para toda persona —educador, directivo, alumno— que quiera vivir a fondo su vida, su vocación en conexión consigo mismo, con el otro y con el universo. Esta es una experiencia que hacemos y practicamos y que deseamos compartir: un viaje en solitario al interior de uno mismo en barco de papel y pluma.

La vida va de caminos. Ahora tenemos uno por recorrer, pero esta vez es en solitario, a la profundidad de uno mismo. Necesitamos poco equipaje, simplemente una LIBRETA y un lápiz. ¡Atrevámonos! ¡Nuestros alumnos y la escuela lo necesitan!

* Gracias a Imma Marín por cedernos una foto de su libreta de vida 😉 *


#EsHoraDeTransformar

Estamos publicando una serie de posts para explicar con más detalle la propuesta de Reimagine Education Lab: los encontraréis todos aquí. Además, lanzamos un nuevo servicio online a través de videoconferencias: Xavier Aragay y todo el equipo de consult-coaches nos ofrecemos para resolver dudas y profundizar en el proceso de transformación educativa (cómo pasar de los QUÉ a los CÓMO), ya sea individualmente o como institución. Si queréis hacerlo, escribid a hola [ @ ] riedulab.net y agendamos fecha. ¡Estaremos encantados!

Dar paso a la colaboración en red en los centros educativos

 


Esta es una afirmación corroborada por múltiples evidencias que proponen la cultura de colaboración en red de las instituciones educativas como uno de los antídotos para combatir la superficialidad y el fracaso. (1)

Transformaciones y cambios en la educación están a la orden del día, y no es algo que haya surgido en estos últimos años. Mejorar, transformar y cambiar la educación viene de lejos, lo novedoso hoy en día es el contexto. Pero no es lo único: Nos interrogan los porqués y los para qué del nuevo escenario. Y a renglón seguido, los cómo nos retan.

Nuestro contexto es cercano y lejano al mismo tiempo. Educamos aquí y ahora con una mirada hacia el futuro. Es complejo el tema…

Personas, momentos y lugares son aspectos clave de los contextos educativos. Pero hay más. Si algunas dimensiones de nueva factura están emergiendo en todo este entramado son, según Michael Fullan, las siguientes (2): la determinación colaborativa, la adaptabilidad y la cultura de la responsabilidad. Estamos reemplazando la tradicional cultura de la individualidad y la competición, personal o institucional, por la cultura de la colaboración en red.

¿Qué ventajas tiene la colaboración en red?

Colaborar permite desarrollar las capacidades de los integrantes de una red. Supone participar, generar conocimiento compartido y materializar actividades conjuntas. Estudios recientes (3) aconsejan crear estructuras de trabajo y aprendizaje cooperativo entre centros educativos de forma generalizada, ya que queda demostrado que cooperar en redes:

  • Mejora el rendimiento y la capacidad de cambio frente a la acción individual.
  • Permite mejores índices de autorregulación individual y de centro.
  • Aumenta el pensamiento crítico.
  • Estimula la interdependencia positiva.
  • Aumenta la motivación y la significación del trabajo de aprendizaje del profesorado.
  • Mejora el nivel de respeto y valoración de la diversidad de los miembros de las redes.

Desde Reimagine Education Lab estamos implicados en acompañar y ayudar al desarrollo de diversas redes escolares y centros educativos, y nuestras  prácticas profesionales nos están permitiendo construir un cuerpo organizado de conocimientos y experiencias que relatamos a continuación. Las vamos a dividir en dos bloques: Comprensión y Acompañamiento.

1 Comprensión

  • Ante todo, acordamos un concepto preciso del trabajo y la colaboración en red de los centros educativos como una relación formal de asociación o colaboración entre escuelas, organizaciones comunitarias y personas que pretenden crear un enfoque interconectado para enfrentarse a temas educativos significativos. (4)

En realidad, los cambios educativos efectivos se producen cuando diversos centros o redes de profesionales se unen para afrontar situaciones problemáticas y darles respuesta.

  • En segundo lugar, constatamos que el trabajo en red ayuda al desarrollo del capital social de los centros. (5) Permite que los miembros de la red puedan compartir conocimientos y prácticas educativas que inciden directamente en el desarrollo de las capacidades de personas, equipos y centros. Y, por tanto, afecta de modo positivo tanto individual como colectivamente.
  • En tercer término, apreciamos el valor importante que tiene la organización de la red. La forma que adopta el despliegue de la red al fomentar la participación para definir el propósito, la acción y la estructura. Los distintos roles y espacios de trabajo colaborativo y la inspiración y dinamización de un liderazgo centrado en la cooperación en red.
  • En un cuarto punto, identificamos el enfoque del trabajo en red hacia aspectos de mejora de los resultados de aprendizaje, aumento de la calidad educativa, optimización de las condiciones de aprendizaje integral y aumento de los grados de inclusividad. El trabajo en red se focaliza en la dimensión pedagógica de los centros que la componen.
  • Finalmente, señalamos a la cultura del centro educativo como el elemento clave para reemplazar la cultura de la individualidad. La colaboración en red es otra forma de trabajar dentro de cada centro y entre centros educativos. La manera de funcionar, actuar, dar, recibir y compartir información y trabajar con la cohesión de un equipo único, no es nada fácil. Requiere un cambio de mentalidad y una transformación profunda de la cultura asociativa y de participación.

La semana que viene publicaremos la segunda parte de este post, donde profundizaremos en el bloque del Acompañamiento. ¡Estad atentos!

Bibliografía

1.- Díaz-Gibson, J., Civís, M. y Longás, J. (2013). La Gobernanza de Redes Socioeducativas: claves para una gestión exitosa. Teoría de la Educación. 25(2).

2.- Fullan, M. (2019) El Matiz. Madrid. Morata

3.- Díaz-Gibson, J., Civís, M. y Guàrdia, J. (2013). Strengthening education through collaborative networks: leading the cultural change. School Leadership and Management, 34(2).

4.- Longás, J., Civís, M. y Riera, J. (2008). Asesoramiento y desarrollo de redes socioeducativas locales. Funciones y metodología. Cultura y Educación, 20

5.- Narayan, D. y Cassidy, M. (2001). A Dimensional Approach to Measuring Social Capital: Social Capital Inventory. Current Sociology. Sage Publications. Vol. 49(2).

#EsHoraDeTransformar

A raíz de estos días de confimaniento, lanzamos un nuevo servicio online: Xavier Aragay y todo el equipo de consult-coaches de Reimagine Education Lab, nos ofrecemos para quien desee resolver dudas y profundizar en el proceso de transformación (cómo pasar de los QUÉ a los CÓMO) pueda hacerlo, individual o institucionalmente, mediante videoconferencia. Si lo deseáis, contactad con hola [ @ ] riedulab.net y quedamos. ¡Estaremos encantados!

¿Hay que cambiar la cultura institucional para transformar la educación?

Reimagine Education LAB ha estado ayudando y acompañando al equipo directivo de la Universidad Católica de Uruguay (UCU) durante el pasado mes de julio (2019), en un proceso de reflexión y desarrollo orientado a la transformación y cambio de la dimensión educativa de la universidad. Hemos debatido y analizado cuestiones fundamentales tales como ¿Hacia dónde vamos?, ¿qué haremos?, ¿por qué?, ¿con qué propósito? Habíamos previsto hablar de valores, creencias, significados, reglas y tradiciones de los procesos educativos experimentados y vividos por la comunidad educativa de la UCU. Es decir, lo que denominamos la cultura institucional. Es un tema sabido y conocido, pero en este caso, el equipo directivo de la UCU se encontró buceando en unas aguas (las de la cultura) menos transparentes de lo que pueda suponerse.

Pero antes de seguir, ¿qué es exactamente la cultura institucional? «Se denomina cultura institucional al conjunto de creencias, valores, estructuras cognitivas generales y significados que la institución educativa utiliza para enfrentar el día a día. La cultura informa a los miembros de la comunidad educativa acerca de cómo actuar en ciertas situaciones» (Schein, 1988).

De hecho, la cultura de una institución educativa como la universidad es el factor menos visible que influye y condiciona los procesos de cambio y transformación educativos.

Determinar la cultura de un centro educativo presenta una gran dosis de dificultad. El «aquí se hace así» encierra múltiples facetas explícitas e implícitas y diversas formas de cómo se relacionan las personas y cómo organizan las experiencias de aprendizaje. (Fullan, 2002).

Para que los equipos directivos de la UCU pudieran vislumbrar la cultura de su centro educativo y pudieran reflexionar en profundidad, Reimagine Education Lab diseñó un dispositivo de análisis y reflexión para comprender cómo afecta la cultura institucional al profesorado en su actividad de facilitar el aprendizaje, y al alumnado en su actividad de aprender. En primer lugar, se escogió un modelo de análisis e identificación de la cultura institucional que pudiera contemplar en su totalidad la cultura del centro educativo, el Modelo de Denison (2000). Este modelo, utilizado en los cuatro continentes por multitud de organizaciones de todo tipo, y entre ellas por instituciones educativas (públicas y privadas), es el resultado de más de veinticinco años de investigación del Dr. Daniel Denison, ex miembro de la Universidad de Michigan Business School, y actualmente profesor de Desarrollo Organizacional en IMD – International Institute of Management Development en Suiza.

La dinámica parte de los cuatro elementos base del modelo Denison, ayuda a que la organización educativa observe y reflexione trabajando en grupo mediante preguntas y cuestionarios, los elementos esenciales de la cultura institucional. Se trata, en primer lugar, de identificar la cultura real y actual que el centro educativo vive y utiliza para afrontar el día a día universitario.

Cuando los equipos directivos han podido reflexionar y valorar qué elementos de la cultura están presentes en su centro educativo y cuáles no, se sigue avanzando en el proceso reflexivo cuestionándose si es posible abordar un proceso de transformación y cambio con los elementos de cultura reales y actuales que se han identificado. Sin duda, la respuesta a esta cuestión clave necesita previamente una formulación precisa de la misión y de las intenciones y propósitos educativos de la institución educativa.

Finalmente, se ayuda a que los equipos directivos sigan progresando, formulándose la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos avanzar para superar la distancia entre la cultura que tenemos ahora y la que deseamos? De nuevo, la dinamización utiliza el trabajo en grupo para identificar en base al modelo Denison aquellas actitudes, valores y creencias que se consideran necesarias para configurar una cultura organizacional acorde con el proceso de transformación y de cambio que se desea.

Gracias a este proceso de reflexión, el equipo de laUniversidad Católica de Uruguay pudo detectar las actitudes, valores y creencias compartidas por los equipos directivos, las aspiraciones ideales para transformar la cultura organizativa, la percepción colectiva de la distancia entre la realidad y las aspiraciones ideales de la cultura institucional, el nivel de consonancia entre los distintos grupos de directivos y sus posicionamientos institucionales y las variaciones en la percepción de la cultura de la institución.

Bibliografía

Denison, D. (2001). Organizational culture: can it be a key lever for driving organizational change?

En C. L. Cooper, S. Cartwright y P. Ch. Earley (Eds.), The International Handbook of Organizational Culture and Climate (pp. 347-372). Chichester: John Wiley & Sons.

Denison, D. y Neale, W. (2000). Denison Organizational Culture Survey. Ann Arbor: Denison Consulting.

Fullan, M.(2002)Las fuerzas del cambio. Explorando las profundidades de la reforma educativa. Madrid: Akal.

Schein, E. (1988). La cultura empresarial y el liderazgo. Una visión dinámica. Plaza & Janes Editores. P.

Cómo prepararse para la llegada de la IA a la educación

Hoy vamos a hablar de la Inteligencia Artificial (IA) y su decisiva entrada, dentro de la próxima década, en el proceso de enseñar y aprender de las escuelas y las universidades. Generalmente, entendemos por Inteligencia Artificial un sistema informático con la capacidad de realizar tareas comúnmente asociadas a seres inteligentes, como por ejemplo, aprender y solucionar problemas. Y, por supuesto, hablaremos también de su compañero inseparable, el Big Data (BD), es decir, la sistematización y el uso inteligente de la gran cantidad de datos que manejamos constantemente en educación y que aún no procesamos ni utilizamos para tomar mejores decisiones.

Desde hace tiempo, en este mismo blog, venimos reflexionando en torno a la necesaria transformación de la educación, en un contexto de cambio global en todos los ámbitos de nuestra vida, incidiendo en ideas como Innovamos para adaptar o innovamos para transformar, y más adelante, Estamos cambiando de fase… es hora de enfocar la transformación profunda de la educación.

Tal es la relevancia de esta próxima disrupción educativa que la Unión Europea lleva ya un tiempo analizando y proponiendo medidas para la “prevención” y “preparación” de nuestros estudiantes y profesionales para la inminente llegada de la IA. También la UNESCO ha generado un documento realmente interesante acerca de la IA en Educación.

Por todo esto, hoy deseamos hablar de IA, en primer lugar, porque nos parece obvio que va a entrar con fuerza en las instituciones educativas (de hecho, ya ha empezado a hacerlo), y en segundo lugar, porque debemos avanzarnos a este escenario y empezar a prepararnos. Es muy probable que no hayamos vivido una tecnología tan disruptiva en la educación desde la llegada de internet. Bien, pues vayamos por partes:

La IA y el BD, en síntesis, pueden incidir de dos grandes formas en la institución educativa: en primer lugar, mejorando y transformando directamente el proceso de formación del estudiante mediante sistemas automatizados e inteligentes que transmiten conocimientos de forma dinámica y personalizada y de acuerdo con los avances del alumno. Y, en segundo lugar, permitiendo sistematizar, analizar y utilizar de forma distinta e innovadora la gran cantidad de datos que tenemos del alumno. Principalmente, la IA debe facilitar a los educadores que puedan centrarse en educar, en lugar de estar pendientes de prácticas y acciones en las que un ser humano no aporta un valor añadido mayor que el de una máquina.

Pero lo más importante ahora es que las escuelas y las universidades deben prepararse y anticiparse. Y moverse. Sí, claro… pero ¿hacia dónde? ¿Cómo prepararnos si no tenemos los medios ni acabamos de entender cómo va a incidir todo esto en nuestra institución? Además, siempre nos encontramos con un elemento fundamental en el sistema educativo: el currículum. ¿Cómo afectará la IA y el BD en el currículum? ¿Cómo puede el currículum abordar semejante cambio tecnológico y a su vez social? Para prepararnos debemos repensar de raíz tanto los contenidos como los métodos pedagógicos por los que se transitan los aprendizajes en las aulas.

Así, creemos que es vital avanzar, o seguir avanzando, hacia un nuevo modelo educativo, distinto del tradicional, basado en metodologías activas, que ponga la educación integral del alumno y su protagonismo en el centro del proceso. Pero no es suficiente poner al estudiante en el centro del proceso y cambiar el “cómo” aprende sin cambiar y tener claro el “qué” aprende y “para qué” lo aprende: Cambiar la manera cómo se presentan los contenidos sigue siendo un simple cambio que no incide en las necesidades futuras de nuestro alumnado. Por tanto, más allá del contenido y de cómo invitamos a su aprendizaje competencial, debemos potenciar lo que nos hace únicos como seres humanos, aquellas habilidades que nos hacen distintos de las máquinas y que nos sitúan en un escenario de diferenciación y complementariedad delante de su capacidad de procesamiento (en cualquier ámbito) infinitamente superior a la capacidad humana.

Cada institución educativa debe definir el perfil humano que desea que sus alumnos hayan adquirido una vez completados sus estudios (también denominado “perfil del egresado”). Estamos hablando de rasgos personales (también denominados life skills) como resolución de problemas complejos, creatividad, pensamiento crítico y analítico, colaboración y trabajo en equipo, empatía y compromiso… Y, por supuesto, al definir los rasgos que deseamos desarrollar en nuestros alumnos, será necesaria su clara identificación y posterior evaluación: esto es lo que en Reimagine Education Lab denominamos impactos que deseamos realizar de acuerdo con el perfil de egresado humano que se haya planteado (metodología del proceso de transformación de nuestra institución que denominamos RIEDUSIS).

Es decir, que lo importante es romper moldes, salir del modelo clásico y adentrarse, abrazando la incertidumbre del futuro, en el mar de la innovación educativa y el cambio, identificar que la transformación que deseamos realizar es un proceso que va a durar algunos años y que afecta a todos los ámbitos imaginables de nuestra institución: cultural, organizativo, tecnológico, de espacios físicos y ambiente, de horarios, de currículum… Y todo ello sin saber exactamente a qué puerto de este mar nos dirigimos… ¡Tendremos de ser audaces!

En cuanto salgamos de nuestra zona conocida y de confort y nos atrevamos a realizar innovaciones y cambios, estaremos preparando al conjunto de personas de nuestra comunidad educativa a ser flexibles y a tener una mirada distinta hacia el futuro y la tecnología. Y estaremos preparándonos para incorporar de forma coherente y en el momento oportuno los primeros avances de IA en educación.

Y lo que es más importante: si nos centramos en el perfil humano de salida de nuestro alumno, estaremos aprendiendo a establecer y evaluar las innovaciones (especialmente las tecnológicas) mediante un criterio claro, que nos ayude a discernir su incorporación más allá de las modas o las presiones de las empresas que se dedican a la IA y al BD. De ahí la importancia de movernos, prepararnos y anticiparnos… No podemos esperar más, ¡adelante!

Bibliografía:

Russell, Stuart J.; Norvig, Peter (2009). Artificial Intelligence: A Modern Approach (3a ed.). Upper Saddle River, New Jersey: Prentice Hall. ISBN 978-0-13-604259-4.

UNESCO (2019). “Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación”, en International Conference on Artificial Intelligence and Education, Planning Education in the AI Era: Lead the Leap, Beijing. Disponible en línea en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000368303 [Consulta: 1 de diciembre 2019].

Pedró, Francesc; Subosa, Miguel, Rivas, Axel; Valverde, Paula (2019), Artificial intelligence in education: challenges and opportunities for sustainable development. UNESCO: París. Disponible en línea en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366994 [Consulta: 1 de diciembre 2019].

Tuomi, Ilkka (2018). The Impact of Artificial Intelligence on Learning, Teaching, and Education Policies for the future. Publications Office of the European Union: Luxembourg. ISBN 978-92-79-97257-7


Transformarnos para transformar la educación

Después de casi dos años colaborando en Reimagine Education Lab con centenares de equipos directivos y docentes de escuelas y universidades en proceso de cambio, y con la perspectiva de haber colaborado, del 2009 al 2016 a poner en marcha el proyecto H2020 de transformación de las escuelas jesuitas de Barcelona junto a Xavier Aragay, creo que hay un aspecto vital que con frecuencia se pasa por alto, y por este motivo muchos proyectos para transformar la educación se quedan con innovaciones de cara a la galería sin plantear cambio en profundidad: ¿Y si, a la vez que vamos concretando la profunda transformación de nuestros centros es necesario dedicar tiempo a la renovación de la vocación y la interioridad de maestros y profesores?  

Ya hemos asumido que para cambiar la escuela es preciso cambiar nuestra mirada, poner en marcha metodologías activas, motivar y activar el aprendizaje de los alumnos, incorporar procesos de cambio, planes de acción, prototipos… Todo esto es importante, pero si no vamos más allá quizá no llegaremos nunca demasiado lejos, y dentro de unos años es posible que dudemos del camino recorrido. Es muy curioso constatar que cuando llegamos al punto de tener que encontrar tiempo para trabajar con los educadores su crecimiento personal, su interior y su vocación (después de haber trabajado casi todas las demás cuestiones técnicas), no queda tiempo para hacer lo más importante.  Somos capaces de invertir en las mejores metodologías, en horas de formación técnica e incluso en espacio y mobiliario (cosas todas muy importantes y necesarias pero no suficientes), pero ¿cuánto tiempo estamos dispuestos a invertir en lo que nos ayudará a SER, en transformar?

En el proceso de la transformación, se nos presentan cada vez más retos en nuestras capacidades profesionales, pero también entorno al SENTIDO de nuestra mirada interna al SER de educador. Ya no podemos separar nuestra persona, nuestras emociones, nuestras inquietudes, miedos e ilusiones de nuestra práctica educativa cotidiana. El cambio impone, nos pide caminar y adoptar maneras de hacer diferentes, nos requiere tiempo, transformar marcos mentales…

En esta travesía nos sentimos interpelados en el centro de nuestra vocación, de nuestro sentido como educadores. Este camino de transformación educativa exige un crecimiento profesional, pero, sin duda, también un crecimiento interior que requiere momentos de parada y momentos para compartir. Nos pide tiempo, y espacios-tiempo para hacerlo individualmente y con los compañeros.

La transformación profunda a la que apuntamos no dependerá de los que hacemos y decimos, sino de cómo somos y, sobre todo, de nuestra capacidad de cambiar la mirada respecto a los alumnos y a nosotros mismos.

Transformar la vocación y el liderazgo de los educadores requiere visión, valentía y mucha determinación por parte de los directivos y directivas que deben tomar decisiones. Requiere creer que el cambio lo realizamos las personas desde lo que somos, que nadie da lo que no tiene, que el liderazgo se sustenta en acompañar, que una escuela con educadores enamorados e ilusionados con su vocación educadora es una escuela viva, que camina, que puede soñar nuevos caminos y juntos hacerlos posibles. Mi experiencia acompañando a instituciones a adentrarse en el mar de la interioridad y a poner en cuestión elementos clave de la vocación de educador, me demuestra que cuando uno dedica tiempo, el resultado es extraordinario y supera cualquier expectativa previa. Las personas se renuevan, se cuestionan muchas cosas, salen de la inercia y la cotidianidad para aplicar todos los cambios necesarios en una nueva mirada a los alumnos y a la escuela.

¡Estamos llamados a salir a mar abierto! Sí, zarpamos sin miedo y con el convencimiento de que nuestra fuerza radica en la profundidad del sueño colectivo. Este viaje, el de la nueva escuela que soñamos, requiere un nuevo equipaje y una preparación para discernir qué abrazo y qué dejo ir de mí mismo. Preguntarme qué tipo de educador quiero ser, dónde encuentro la inspiración, cuál es mi sueño personal… Párate, regálate espacios de profundidad y sentido personales y de equipo, y el camino de la transformación se dibujará solo.

¡Feliz travesía!

Cómo enfocar la transformación profunda de la educación

Hace años que empezamos a reaccionar frente a un entorno que se va moviendo cada día más deprisa. Hemos leído libros, asistido a conferencias, realizado innumerables cursos de formación… hemos dedicado muchas horas en largas reuniones del equipo de dirección o del equipo impulsor de la innovación, lo hemos comentado en muchas reuniones de profesorado… hemos implementado cantidad de iniciativas de innovación en nuestra escuela o universidad… tenemos responsable de innovación educativa… hemos invertido en tecnología y también quizás en mobiliario o en cambiar espacios físicos… Y, sin embargo, tenemos la sensación de no terminar de despegar, de que esto no es lo que deseamos… de que nos falta mucho para llegar a un punto de inflexión y cambio… Por eso creemos que es hora de enfocar la transformación profunda de la educación.

Incluso estamos física y psicológicamente cansados, estresados… con un punto de saturación… si esto dura mucho ¿podremos aguantarlo? Pero, sobre todo, ¿es este el camino que nos llevará adonde queremos llegar? ¿Podría ser mucho ajetreo para que nada importante y de fondo cambie?

Nos contaron que vivíamos en un entorno VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity) y que debíamos reaccionar ante él. Pero, ¿y si esto no ha hecho más que empezar? El profesor Yuval Noah Harari, en su último libro 21 lecciones para el siglo XXI, nos explica que estamos entrando de lleno en un entorno UTRU (Unprecedented Transformation and Radical Uncertainties) que podríamos traducir como que ya nos hemos situado en un mundo que va hacia Transformaciones sin Precedentes y Radicalmente Inciertas (TPRI en español). Tenemos un nuevo entorno, distinto, disruptivo, que nos lleva a un futuro incierto pero muy distinto… Como dice mi amigo y compañero Lluís Tarín: «El futuro no es lo que va a venir, está sucediendo ahora y podemos aprender de él.» y ¿qué mejor momento para enfocar la transformación profunda de la educación?

Aconsejo leer el libro que cito (especialmente el breve capítulo 19 en el que reflexiona sobre educación), así como las dos anteriores obras del autor (Homo Sapiens y Homo Deus). Sin embargo, no tengo suficiente espacio en este post para explicar las razones y la profundidad del cambio que nos plantea y que, con toda seguridad, vamos a vivir. Me parecen especialmente relevantes los avances en biotecnología, en infotecnología, en la inteligencia artificial basada en algoritmos que aprenden por sí mismos y que son capaces de analizar cantidades astronómicas de datos en tiempo real, en un mundo globalizado y lleno de oportunidades y desafíos (o peligros, como se quiera ver) con unas fronteras cada vez menos claras entre el mundo físico y el mundo virtual…

Estos cambios profundos que en parte ya estamos viendo se revelarán sobre todo en los próximos cinco o diez años y afectarán de lleno a la forma cómo pensamos, vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Y, por supuesto, afectarán de lleno a la educación y la manera que tendremos de enfocar la transformación de la educación.

Si pasamos de ver nuestro mundo con una mirada en modo VUCA a verlo con una mirada en modo UTRU, y si nos convencemos de que la educación va a ser, sin ninguna duda, el sector de nuestra sociedad que más va cambiar en los próximos años, coincidiremos en que no podremos seguir repitiendo o incrementando lo que hemos hecho hasta ahora en nuestra escuela o universidad para mejorar la educación. Va a ser insostenible, y además, probablemente, no nos lleve a donde soñamos llegar… Podemos hacer un símil tecnológico para explicarlo mejor: no estamos frente a un tema de más y mejores aplicaciones (innovaciones pedagógicas), ni siquiera ante la necesidad de nuevas adaptaciones y puestas al día (e-learning, TIC…).

Es una cuestión de un nuevo sistema operativo OS. Un nuevo paradigma de la educación.

Este mes agosto he sido abuelo por primera vez. Es una muy grata experiencia vital. Dentro de unos años, mi nieta va a ir a la escuela y, si así lo decide, probablemente saldrá de la universidad más allá del 2040 (bien, si es que la universidad continúa existiendo en una forma parecida a la actual) y cumplirá los 30 años cerca del 2050. Cómo será el mundo en el que va a vivir y desarrollar su proyecto vital?

Es evidente que nadie lo sabe, pero ya intuimos que la simple transmisión de conocimientos, o incluso la enseñanza experiencial de competencias con una tutoría fundamentalmente grupal, no van a ser suficientes para ayudarla. Vamos a necesitar que ella y sus compañeros de promoción se conozcan profundamente, sepan cómo aprenden y, por tanto, se acostumbren a aprender de forma permanente, sepan e interioricen qué inteligencias tienen y expresan fuertemente, y qué pueden aportar a este mundo…

Necesitamos que sean personas equilibradas, creativas, con iniciativa, comprometidas, competentes, acostumbradas a enfocar y resolver problemas complejos e interdisciplinares de forma colaborativa…

Que incorporen y normalicen que el cambio va a ser lo único permanente en su vida… que la reinvención continua va a ser su hábitat. Que se hagan una idea propia de cómo es el mundo y de qué quieren hacer en él. Y que sean libres, por tanto, de conducir su proyecto vital.

Es por esto que debemos cambiar de fase y pasar de la innovación activista y pensada de curso en curso (ojo, que seguramente nos ha venido bien hasta ahora hacerlo de esta manera, y además hemos aprendido mucho) a la transformación profunda de la educación (cambio de paradigma), en un proceso que va a durar algunos años y para el que hay que tener una mirada a medio y largo plazo. Un cambio de fase que debemos empezar cuanto antes. Debemos pararnos, visualizar y establecer un punto de llegada. ¿Dónde queremos que nuestra escuela o facultad esté dentro de cinco años? ¿Con qué cultura interna, con qué organización, con qué roles y espacios? ¿Qué metodologías y mecanismos didácticos disruptivos vamos a poner en marcha? ¿Cómo establecemos un relato del cambio y preparamos una sólida coalición para afrontar este cambio mucho más profundo que lo que hemos hecho hasta ahora?

Y, lo más importante y que ocupa el primer lugar, ¿qué tipo de alumnos, de personas, queremos educar y ofrecer, por tanto, a este mundo tan cambiante?

En los últimos meses, muchos centros se han dirigido al equipo de Reimagine Education Lab con la sensación que describía al empezar este post… andan desorientados, cansados, perdidos en lo inmediato, y nos han pedido ayuda para enfocar esta nueva fase de transformación profunda de la que hablamos.

Y lo estamos haciendo, estamos construyendo juntos, en base a nuestra metodología del proceso de transformación que denominamos RIEDUSIS, caminos distintos y flexibles (según la situación de cada centro o red de centros) para poder empezar otra fase.

Una fase más profunda, más en línea con los ecosistemas educativos que deseamos desarrollar para que los alumnos puedan crecer, madurar y seguir su proyecto vital acorde con los tiempos en que van a vivir. En este proceso de enfocar la transformación andamos, con fuerza e ilusión… y no podemos retrasarlo.

¿Cómo lo ves?

Tendencias internacionales emergentes para la transformación de la educación superior (parte 2)

Artículo original de Xavier Aragay Tusell para MUniversitas, 38, la revista de la Universidad de Mondragón. Con su permiso, reproducimos aquí el artículo en dos partes: aquí puedes leer la primera parte, y esta es la la segunda:

 

En todas las iniciativas de cambio e innovación que se llevan a cabo en estos momentos en todos los niveles de la educación, podemos observar la mayoría de las diez tendencias que he descrito brevemente. Aunque no las llamen por este nombre, o cada institución las bautice con algún nombre técnico o específico vinculado a su modelo de persona/profesional o a sus opciones metodológicas y educativas.

Y ciertamente, no hay un solo modelo por replicar, porque todos los contextos son distintos, como distintas son también las maneras de entender la educación por parte de cada institución, y distintas son las tradiciones y contextos. Pero si es imprescindible salir de la zona de confort en la que muchas universidades están instaladas, y empezar a transitar por el camino de la transformación profunda de la educación, buscando y construyendo el propio modelo de cambio y proyectándolo hacia el futuro.

 

Y esto es lo que estamos haciendo conjuntamente en Mondragón Unibertsitatea. Y para ello, la universidad y Reimagine Education Lab hemos firmado un acuerdo marco de colaboración para la transformación del proceso de enseñanza y aprendizaje de la oferta educativa de MU. Partimos de los ejes del proyecto Mendeberri 2025 y de toda la experiencia y capacidad de la universidad, y en base a la metodología RIEDUSIS centrada en el perfil de persona-profesional, avanzamos en un rediseño profundo de los grados y másteres.

 

La metodología de proceso de cambio RIEDUSIS es un sistema, original y contrastado, de acompañamiento en el camino de transformación de una institución educativa, desarrollado por el equipo de Reimagine Education Lab. Lo podemos resumir sintéticamente en el esquema siguiente:

 

En este sentido, el reto fundamental es “Recentrar el proceso de formación en la persona” reequilibrando el balance entre lo personal y lo profesional para impactar en un tipo de persona distinta. Para ello es muy importante el cambio de mirada y marco mental de los directivos y profesores de la universidad, y el desarrollo del perfil del egresado desglosado en impactos como elemento tractor del cambio.

El nuestro es un acuerdo de trabajo conjunto, basado en unir conocimientos y experiencias para transformar la universidad en un proceso que ha de permitir distintos ritmos de las facultades y grados o másteres, para ser líderes de la transformación y el cambio universitario en el mundo. Esta es nuestra visión y ambición.

Porque es muy importante entender que estamos hablando de un “proceso” de transformación educativa. Es decir, no hablamos solamente de innovar o realizar cambios en las aulas… claro que los realizaremos, pero nuestra intención, nuestro proyecto, nuestro sueño es un cambio sistémico. Y, por tanto, un cambio de mirada, cultural, organizativo, de espacio físico. Es toda la universidad la que entra en un proceso de cambio profundo. Y para que esto ocurra la universidad no puede estar sola. Debe de aliarse.

En este sentido, no debemos olvidar que la universidad (¡y en este caso una universidad en forma de cooperativas!), son personas. Personas que realizan muchas actividades con otras personas y para las personas que se están formando o educando. Y aunque es verdad que a menudo hablamos de la universidad  como institución, más verdad es aún, y esto a veces se olvida, que esta institución está formadas por personas. Y solamente la persona, cada una de ellas, puede decidir realizar un cambio educativo. Y sólo si lo decide en su interior, si lo decide libremente, si sueña y se arriesga a dar el salto, el cambio puede entrar en el terreno institucional.

Y precisamente en el interior de las personas, y sobre todo en el interior de los directivos educativos, reside la principal fuerza y también la limitación más importante para realizar el cambio. La fuerza para la transformación se halla en la conexión entre la vocación y la mirada dirigida a la persona y al futuro. La limitación radica en los marcos mentales desajustados respecto al momento que vivimos y al futuro que adivinamos. Y, a menudo, estos marcos desajustados se expresan en forma de desconcierto, de conservadurismo, de perfeccionismo, de miedo o de hiperactivismo.

 

La educación superior debe reimaginarse. Y es una herramienta tan poderosa e importante que no podemos dejarla en manos de la inercia o de la mera actividad por la actividad. Tampoco podemos esperar que una nueva ley, norma, memoria o agencia la transforme. La educación superior se debe transformar con la participación de toda la comunidad educativa. Para decidir dónde queremos estar dentro de cuatro o cinco años. En esto estamos.