Impulsores de la transformación educativa

¿Cuáles son los impulsores de la transformación educativa?

Antes de profundizar en los impulsores de la transformación educativa, te explicaré de dónde nace el concepto. Hace unas semanas estuve leyendo uno de los últimos documentos que han publicado este año (febrero de 2021) Michael Fullan y su equipo, titulado Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema, en el que se resalta que “lo más importante es que el momento es el adecuado” (1).

Tal como dice Fullan en la introducción, “este documento tiene la intención de proporcionar una solución integral a lo que aflige al sistema escolar público actual y su lugar en el desarrollo social: un sistema que está fallando gravemente frente a los desafíos fundamentales cada vez más complejos para nuestra supervivencia”.

La propuesta me ha parecido sumamente interesante y oportuna para este momento, en el que debemos acelerar las soluciones futuras de la educación. Lo primero que debemos tener claro es qué se entiende por un impulsor, y comprender que la transformación educativa identifica cuatro impulsores incorrectos y cuatro correctos.

Siguiendo con las palabras de Fullan: “Mi concepción de un impulsor es que es una fuerza que atrae energía y genera movimiento de forma continua. […] Representan un modelo único e integrado que genera un desarrollo continuo”.

Los impulsores incorrectos de la transformación educativa, que llevan funcionando los últimos 40 años, son:

  • La obsesión académica, que involucra tanto el sistema de aprendizaje como la evaluación relacionada con los resultados del aprendizaje.
  • La inteligencia de la máquina por sí sola, sin contar con el factor humano. Hemos sobreestimado las máquinas y subdesarrollado la inteligencia colectiva.
  • La austeridad, que ha hecho que a la mayoría de las personas les resulte prácticamente imposible escapar de sus situaciones de desventaja inicial.
  • La fragmentación, es decir, la desconexión entre las partes, que favorece la inercia y profundiza los sistemas de prejuicio y discriminación existentes.

Y, en contraposición, se plantean los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema:

  • Bienestar y aprendizaje, vinculados y relacionados como algo que prepara a todos los estudiantes para el mundo complejo en el que vivimos. Es decir, estudiantes que ven la escuela como un lugar donde se sienten bien consigo mismos y con la persona en la que se están convirtiendo.
  • La inteligencia social como parte esencial de la nueva ciencia del aprendizaje, ya que este tipo de inteligencia social del grupo y de los individuos que lo integran no se ha cultivado bien en la evolución del aprendizaje.
  • Las inversiones en igualdad, que son fundamentales para el futuro de la sociedad. Necesitamos inversiones para mejorar la infraestructura y los recursos del sistema educativo y mejorar así su funcionamiento.
  • Sistemidad, que significa una postura de mente y acción que va más allá de lo sistémico, que es un término analítico. El sistema no se puede cambiar sin que todas las capas del sistema tengan conciencia y responsabilidad en el cambio.

Los cuatro impulsores correctos integrados representan un cambio de sistema con mucho potencial en acción. Los cuatro tienen en común la centralidad de la persona y la apuesta por la comunidad educativa como artífice del cambio. También es significativo remarcar la importancia de reconstruir la sistemidad frente a la fragmentación tradicional de la educación, especialmente cuando la crisis de la COVID-19 que estamos viviendo se ha llevado por delante los mapas compartidos de avance futuro de nuestras instituciones.

Por el contrario, no podemos dejar solos a los cuatro impulsores de la transformación educativa incorrectos, aunque no estén completamente equivocados, ya que nos llevan en una dirección negativa. De esta forma, los impulsores incorrectos, con una buena orientación de los impulsores correctos mediante una acción coordinada y sostenida, nos pueden dirigir a un cambio de sistema exitoso.

El documento, ya en su parte final, nos plantea que el cambio de sistema no puede ser solo de arriba hacia abajo, ni solo de abajo hacia arriba, ni solo de centro hacia afuera. Y concluye: “Si deseas un cambio de sistema, ¡tú debes cambiar el sistema!”, y “lo más importante es que el momento es el adecuado”.

¿Te apuntas a anticipar ahora un cambio de sistema?

(1) Fullan, Michael. Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema. Centre for strategic education. CSE Leading Education Series, 1. Copyright 2021 CSE, Victoria.

Este artículo pertenece a la serie El futuro de la educación es ahora, puedes leer el primero AQUÍ.

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