Primera preevaluación de impacto en Arizmendi Ikastola

Hace unos meses, te explicamos en este mismo espacio por qué y cómo evaluar las iniciativas y prototipos de transformación y cambio que llevan a cabo las escuelas y universidades para asegurar los procesos de transformación educativa en el marco de la metodología RIEDUSIS. En esta ocasión, te queremos contar una experiencia concreta de preevaluación de impacto de una de las escuelas a las que acompañamos en su proceso de transformación: Arizmendi Ikastola.

Arizmendi Ikastola es la ikastola (escuela cooperativa del País Vasco donde se imparte la enseñanza en euskera) más grande de Euskadi, creada en 2003 por integración de ikastolas preexistentes, y que ofrece todas las etapas educativas, desde infantil hasta Formación Profesional o Bachillerato. Con un marcado carácter innovador, desarrollan su propuesta educativa en el marco de la pedagogía de la confianza, y utilizan la metodología RIEDUSIS para vehicular su proceso de transformación y cambio.

Desde 2017, en Reimagine Education hemos tenido la oportunidad de acompañarlos en su proceso de transformación, que se consolidará con la implementación de una experiencia avanzada de cambio denominada BATU. Este prototipo agrupa los cursos de 5.º y 6.º de primaria y 1.º y 2.º de ESO, y actualmente está en proceso de desarrollo, producción y experimentación. En este marco, se ha desarrollado una preevaluación de impacto en dos de sus experiencias anteriores de innovación y cambio, diseñadas e implementadas en las etapas de infantil y Bachillerato, con dos objetivos:

  • Avanzar en la práctica de la medición del impacto de cara a llevar a cabo la primera ola de evaluación de impacto en BATU, de acuerdo con la metodología RIEDUSIS.
  • Obtener información que permita seguir avanzando en la implementación y consolidación de las experiencias de innovación y cambio de infantil y Bachillerato.

Para diseñar y ejecutar la evaluación centrada en los rasgos del modelo de persona que ha definido la ikastola, se ha contado con la participación de un grupo de investigación de la Universidad Ramon Llull, dos grupos de investigación de la Universidad de Mondragón y el equipo de Reimagine Education. Además, mediante la colaboración de la Federación de Ikastolas, se ha dispuesto de la colaboración de tres ikastolas, que han actuado como centros de contraste. Así, finalmente, en el despliegue de esta preevaluación han participado más de 300 alumnos y alumnas de infantil y Bachillerato, 40 docentes y 130 familias.

Los rasgos evaluados en Arizmendi Ikastola han sido:

  • INFANTIL: Cooperativa-autogestionaria, euskaldun, con solidez interior y creativa.
  • BACHILLERATO: Transformadora, analítica-crítica, cooperativa- autogestionaria y euskaldun.

La experiencia de preevaluación de impacto de las dos iniciativas innovadoras de la ikastola (infantil y Bachillerato), que dirige y coordina el equipo de Reimagine Education, ha sido muy interesante, y los resultados, en línea de los objetivos deseados. Así, de acuerdo con los objetivos planteados, se han obtenido aprendizajes e instrumentos relevantes para la próxima evaluación de impacto del prototipo BATU, así como indicaciones y recomendaciones para seguir avanzando en el desarrollo y consolidación de las experiencias evaluadas.

Como ves, poco a poco, vamos avanzando en nuevas formas de evaluar las iniciativas de transformación educativa y aproximándonos a disponer de nuevas herramientas de guía para la mejora y el cambio. Seguiremos hablando de evaluaciones y preevaluaciones de impacto en próximos posts.

Reimagine Education y Mondragon Unibertsitatea diseñan el perfil de salida del alumnado en un nuevo curso

El alumnado es el qué, el para qué y el porqué de toda transformación educativa. Por eso es necesario ponerlo en el centro y que su figura sea el elemento en torno al cual gira efectivamente todo el proceso de enseñar y aprender.

Como ya venimos comentando hace años, el cambio educativo ya no se puede aplazar más, y llevamos años trabajando para hacerlo real y efectivo. En este camino, desde Reimagine Education hemos colaborado (y lo seguimos haciendo) con numerosas instituciones educativas en su transformación educativa.

Una de ellas es la Mondragon Unibertsitatea y su facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Tras años de estrecha colaboración, hemos diseñado un curso en línea que se llevará a cabo entre el 1 de febrero y el 15 de marzo de 2022 y que hemos titulado “El perfil de salida del alumnado como eje de la transformación educativa”.

Esta formación está destinada a capacitar a docentes que:

  • Buscan iniciar una primera aproximación a la transformación educativa y explorar nuevas herramientas y metodologías de cambio.
  • Ya forman parte de un proceso de transformación pero buscan profundizar en el rol que ocupa el perfil de salida en el proceso.
  • Forman parte de una institución educativa donde ya están en marcha diferentes iniciativas de innovación pero buscan dar un paso más.

Características del curso

El curso de modalidad en línea, de 1 ECTS de duración (25 horas), se impartirá en euskera, castellano y catalán, combina espacios de aprendizaje síncrono (25%) y asíncrono (75%) y alterna propuestas individuales y grupales.

Hemos dividido la formación en cinco bloques temáticos:

  • El mundo que está emergiendo.
  • Las finalidades de la educación.
  • El perfil de salida del alumnado.
  • El proceso de transformación y el cambio de las instituciones educativas.
  • El camino de la transformación mediante la metodología RIEDUSIS.

Si has llegado hasta aquí, lo que decimos resuena contigo y quieres saber más, encontrarás toda la información sobre esta formación AQUÍ.

Video “Universidad pos-COVID: ¿Y ahora qué?”

El pasado 21 de octubre celebramos el triálogo para la transformación educativa sobre el futuro de las universidades y desde dónde afrontar el cambio de la universidad pos-COVID.

En poco más de una hora, se pusieron sobre la mesa todos los retos (que no son pocos) a los que se debe enfrentar la universidad pos-COVID si no quiere verse relegada a un papel residual.

No miento si afirmo que los/as propios/as estudiantes, el principal motor del cambio, ya están tomando la avanzadilla y piden una formación que se adecúe al mundo en que viven y en que van a vivir.

Si alguna persona todavía pensaba que, una vez que acabara la pandemia, todo iba a ser como antes, estaba bien equivocada. Tal como nos explica Juan Domingo Farnós, “estamos en un cambio de época, no en una época de cambios”, y, sobre todo, “la universidad, o se reinventa o revienta”.

Por último, debemos dar las gracias a los otros dos ponentes, dos buenos amigos de la innovación disruptiva, por sumarse a este debate:

  • Lluís Pastor, doctor en Comunicación, profesor de Comunicación en la UOC y en la Universidad Ramon Llull, y autor de más de una decena de libros. Es colaborador habitual de los medios de comunicación y experto en Comunicación y Aprendizaje.
  • Juan Domingo Farnós, experto en Educación Superior y Transformación, con un currículum inabarcable que podríamos resumir diciendo que Juan es científico, investigador, divulgador, escritor, asesor en universidades y organizaciones internacionales y conferenciante internacional.

Tal como pasó en el debate, empezamos por abrir la caja de Pandora: ¿Creéis que la universidad puede transformarse? Más preguntas y algunas respuestas, en el vídeo:

https://youtu.be/SDleahDJ4x0

Recuerda que si tu institución educativa se encuentra actualmente en un proceso de cambio o quiere iniciarse en la transformación educativa y necesitas ayuda, puedes contactar con nosotros en hola@reimagine.education

Empezamos el curso reimaginando(nos)

Nos motivan los comienzos, aquel momento en que todo está por hacer, aquel folio en blanco que llenar de creatividad, de ideas, de proyectos y de ilusiones. Así es septiembre para nosotros, el inicio de un nuevo curso para los que vivimos en Europa y en otros países del mundo con los que compartimos calendario.

Como decíamos hace un mes, antes de irnos de vacaciones, este nuevo curso será el del despegue, cuando las nuevas oportunidades que empezaron a florecer en el anterior (y las que están por llegar) tomarán forma y se materializarán.

Estamos ante una de las transformaciones educativas más importantes de las últimas décadas. En paralelo a la superación de la crisis sanitaria y económica, en la que aún hoy nos encontramos, hemos empezado a asumir cambios y a provocar otros. En esta nueva década, la educación, a todos los niveles, se va a transformar profundamente.

Pero antes de llevar a cabo cualquier cambio es importante parar y analizar:

  • En qué momento nos encontramos.
  • En qué momento se encuentra nuestra institución educativa.
  • Qué momento estamos viviendo.
  • Qué nuevas oportunidades tenemos a nuestro alcance.
  • Empezar a mirar hacia el futuro como un horizonte de transformación, de innovación y de cambio.

Es absolutamente imprescindible avanzar. Amamos la educación, y por esto la queremos transformar.

Reimagínate con nosotros

Este año hemos aprovechado el verano para reimaginarnos y hemos empezado el curso con nueva imagen, nueva marca (ahora somos Reimagine) y nuevo logo. Los cambios son solo externos, porque internamente conservamos la misma esencia y la misma pasión.

¿Qué trae consigo este cambio?

  • NUEVOS COLORES, más vibrantes.
  • NUEVO NOMBRE, que define con más precisión nuestro objetivo de reimaginar la educación.
  • NUEVA WEB, donde comunicamos todo lo que ofrecemos pero de una forma más visual y ordenada. Nuestra web deja de ser riedulab.net y pasa a ser reimagine.education.

Si necesitas ayuda, soporte o una metodología para comenzar este cambio, para adaptar tu institución educativa a los sueños y transformaciones que podemos vivir en esta década, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a desarrollar el proceso y el camino.

Te invito a que descubras todo lo que podemos hacer por ti y por tu institución en nuestra nueva página web.

¡Feliz inicio del curso!

Final de curso, vacaciones (en el hemisferio norte) y retos para septiembre (en el mundo)

Después de un año muy intenso, a muchos nos toca poner punto final al curso con más retos de los últimos años. En medio de una pandemia, con más o menos recursos y con las ideas poco ordenadas y mucha necesidad de gestión y respuesta inmediata, en septiembre de 2020 nos pusimos manos a la obra, y durante todo el curso fuimos saltando todos los obstáculos que nos encontrábamos en el camino, hasta llegar al mes de junio de este año 2021.

Este curso, siguiendo la estela que nos han dejado las diferentes experiencias de la pandemia, creemos que ha dejado claro que la transformación educativa es más necesaria e imparable que nunca y que nuestra metodología RIEDUSIS es un buen punto de partida para comenzar, una guía para iniciar el proceso de cambio profundo de las instituciones educativas y llevarlo a buen puerto.

En noviembre pasado, en plena segunda ola de la pandemia en Europa, lanzamos un nuevo servicio, TAC, Transferencia, Acompañamiento, Conexión, así como un programa para personas directivas denominado Reimagínate para transformar, porque, en los tiempos difíciles, lo que más se aprecia es el acompañamiento, el no sentirse solo delante de los cambios tan repentinos como los que hemos vivido.

La intensidad de estos meses también se ha visto reflejada en el blog, donde hemos ido analizando la situación del momento y hemos dado pautas sobre cómo llevar a cabo la transformación educativa, que ya está en boca de todos, pero para la que es necesario trazar la estrategia más adecuada para cada caso.

Podéis aprovechar los días libres para hacer repaso y poneros al día de todo lo que hemos compartido este curso. Si no sabéis por dónde empezar, os dejo tres de los artículos más populares:

A rebosar de interrogantes y de ganas de afrontar nuevos retos, cerramos esta página hasta septiembre, pero seguiré compartiendo noticias y reflexiones en Twitter (@xaragay) todo el mes de agosto.

¡Felices vacaciones!

 

El currículum al servicio del desarrollo integral del alumnado

Hace muchos meses que hablamos de currículum, de competencias, de qué hay que enseñar al alumnado para que los conocimientos que adquiera le sirvan para la vida, una vez que acabe el programa formativo. En este artículo hablaremos del papel que tiene el currículum en el servicio del desarrollo integral del alumnado.

«La escuela es la única forma de vida social que funciona de manera abstracta y en un medio controlado” (Dewey, UNESCO, 1999)

El propio Dewey también explica que la escuela debe ser un lugar experimental donde se lleven a cabo actividades constructivas combinando la tarea teórica a la vez que se tiene contacto con las exigencias de las prácticas de la vida. Más de cien años han pasado desde que dijo estas palabras, en las que se pone de manifiesto la necesidad de repensar una escuela donde se desarrollen actividades de la vida y para la vida. Así pues, teniendo en cuenta que las escuelas son uno de los primeros contextos sociales en los que se mueve un niño o un joven, es fundamental que intentemos adoptar las oportunidades de aprendizaje que nos brinda la sociedad.

Enfoque desde la metodología RIEDUSIS

Desde Reimagine, y enmarcado en el contexto de la metodología RIEDUSIS, acompañamos a diferentes instituciones educativas a hacer esta reflexión, a darse cuenta de que es necesaria una nueva mirada al currículum de acuerdo con una sociedad globalizada. En este sentido, para nosotros es decisivo proporcionar acompañamiento y feedback en el proceso de trabajo de los equipos educativos entorno al currículum. Un proceso que ayuda a los profesionales de la educación a conseguir un enfoque globalizado curricular que los lleva a reflexionar sobre cómo priorizar y organizar los aprendizajes del alumnado de forma globalizada para hacer viable la Experiencia Avanzada de Cambio (EAC), o prototipo, y así conseguir el desarrollo integral del alumnado.

Por tanto, una de las primeras tareas como equipos prototipistas consiste en echar un vistazo al currículum y separar los aprendizajes que son imprescindibles de los que no lo son. Esta no es una tarea banal, pues requiere un consenso muy elevado.

¿Qué es imprescindible? ¿Qué es deseable? ¿Dónde ponemos el límite?

Hay muchos aspectos que deben valorarse para poder responder a estas preguntas: el nivel educativo, el contexto sociocultural, las opciones ideológicas que asumimos como institución…, pero lo que es irrenunciable es que la mirada que debemos echar al currículum debe estar vinculada al desarrollo en nuestro alumnado de ciertas competencias clave, competencias que todas las personas, una vez que han finalizado su proceso formativo, necesitan para la construcción y el desarrollo personales, así como para ser un ciudadano activo capaz de incluirse en la sociedad y de inserirse en el mundo profesional.

Pero, ¿cuáles son estas competencias que necesita el alumnado? Pues solo debemos tomar consciencia de las numerosas situaciones a las que deberá hacer frente a lo largo de su vida y a las que deberá adaptarse, y a la vez, aprovechar y crear oportunidades para los retos del s. XXI.

Así conseguiremos, tal como dice la doctora Marope (2018), “movilizar interactivamente y usar éticamente información, datos, conocimiento, habilidades, valores, actitudes y tecnología para participar de manera efectiva y actuar mediante varios contextos del siglo XXI para conseguir el bien individual, el colectivo y el global” con el objetivo de alcanzar el desarrollo de competencias para la vida y también el Modelo de Persona que hemos definido en la institución como perfil de salida.

¿Qué herramientas son necesarias para cambiar el currículum?

Llegados a este punto, optar por una mirada transversal del currículum llega a ser esencial. Resulta imprescindible diseñar experiencias de aprendizaje vinculadas en torno a problemáticas y situaciones que requieren ser abordadas y resueltas desde diferentes perspectivas y que permiten al alumnado, como ya nos anunciaba Dewey, conectar aprendizajes con el contexto, con experiencias personales y con los contenidos. En definitiva, ¿aprender debería ser esto, no?

Por lo tanto, hay que transformar el currículum desde una mirada transversal en la que, como decía Dewey, se difuminan las disciplinas y se conectan los aprendizajes con el contexto y las experiencias personales de jóvenes y niños. Hay que utilizar el currículum como una herramienta que guíe el diseño de experiencias contextualizadas y significativas y que movilice distintos tipos de contenidos, siempre con el objetivo de resolver problemas o retos. De este modo, conseguiremos que el alumnado comprenda e interprete la realidad, se sienta preparado para participar en la sociedad, se comprometa como ciudadanía y se empodere para promover cambios relevantes ante los desequilibrios y las injusticias de este mundo.

En definitiva, el currículum al servicio del desarrollo integral del alumno. ¿Qué os parece? ¿Hablamos de ello?

Referencias
UNESCO (1999). Perspectivas: revista trimestral de educación comparada. París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, nos 1-2
MAROPE, M.; GRIFFIN, P.; GALAGHER, C., (2018). Future Competences  and the Future of Curriculum. A Global Reference for Curricula Transformation. International Bureau of Education. Disponible AQUÍ

Evaluar para transformar

Alba Ayneto y Xavier Aragay

Como ya hemos venido diciendo en los últimos posts, la educación está traspasando un profundo umbral de cambio, acelerado por la crisis de la COVID-19, que requerirá un proceso de transformación de las instituciones educativas en todos sus niveles. Y, como en cualquier proceso que iniciamos, es necesario evaluar para transformar. Te enseñamos los tipos de evaluación según la metodología RIEDUSIS.

Tanto para evaluar para transformar como en la misma transformación no existen recetas concretas, puesto que cada centro debe definir su propio camino, en función de su trayectoria y contexto. Por esto, en Reimagine Education Lab contamos con una metodología del proceso de cambio propia, centrada en las personas, que aporta un método lógico, ordenado y sistémico para transformar profundamente los procesos de enseñar y aprender, las configuraciones culturales, organizativas, tecnológicas y físicas de la institución educativa y dejar instalados en su interior herramientas y mecanismos que aseguren este avance y su consolidación y progreso. De hecho, nuestro propósito no es abandonar un modelo tradicional para “encerrarnos” en otro nuevo, sino buscar un camino de transformación avanzada que nos ayude a caminar al mismo ritmo que el mundo.

Partiendo de la misión educativa del centro y poniendo al alumnado en el centro, proponemos centrarnos en el modelo de persona (también conocido como perfil de la persona egresada) que queremos educar (desglosado en impactos). Así, el perfil de la persona egresada, consensuado y trabajado por toda la comunidad educativa, se convierte en una potente herramienta de cambio. Esta nueva herramienta, mediante un sistema de backward design, nos sirve para rediseñar los procesos de enseñanza y aprendizaje, los espacios, la organización, la cultura interna… al servicio del nuevo perfil que deseamos educar. Un proceso a través del cual se establecen las hipótesis de partida del proceso de transformación, que se concretan en un prototipo (o experiencia avanzada de cambio). Recuperamos así el método científico para el camino iterativo de la transformación educativa de la institución.

¿Cómo evaluar para transformar?

El diseño y la implementación de prototipos nos permiten incorporar la evaluación como principal aliado para permitir visualizar e identificar nuevas soluciones y asegurar la mejora continua y el cambio de perspectiva. Identificamos dos maneras de evaluar para transformar que, a pesar de tener objetivos distintos, se complementan para asegurar la consecución de nuestros objetivos: la evaluación de proceso y la evaluación de impacto.

Es importante especificar que ambas evaluaciones (la de proceso y la de impacto) que plantea la metodología RIEDUSIS no son evaluaciones individualizadas, ni se asemejan a lo que normalmente se entiende por evaluación de los resultados de aprendizaje del alumnado. Tampoco estamos hablando de la evaluación del desempeño de los docentes ni de una evaluación vinculada a los sistemas de calidad. Estamos planteando evaluar las iniciativas avanzadas de cambio (prototipos) en su conjunto para dejar instalada en la institución una herramienta de evolución y mejora permanente de la transformación educativa.

En un principio, durante el primer o segundo año de implementación del prototipo en el aula, la evaluación de proceso nos permite asegurar que la implementación del prototipo se ajusta a las hipótesis de partida que habíamos diseñado. De esta manera, incrementamos las probabilidades de impactar en nuestro alumnado de acuerdo con el perfil de la persona egresada y aseguramos la interpretación de una posterior evaluación de impacto.

Combinando entrevistas, observaciones, revisión documental y focus groups, buscamos identificar puntos fuertes y puntos críticos que asegurar para garantizar que llevamos a cabo todas las acciones esenciales que buscan promover el impacto en el alumnado. Además, intentamos cerciorarnos de que hemos tenido en cuenta los factores críticos de éxito del prototipo.

¿Qué objetivos tiene la evaluación de impacto?

Una vez efectuada una evaluación de proceso y con la experiencia avanzada de cambio o prototipo implementado y consolidado, la metodología RIEDUSIS propone una evaluación de impacto. En esta evaluación, ya no buscamos asegurar la implementación del prototipo, sino que buscamos ver el efecto que la implementación del prototipo ha tenido en nuestro alumnado como grupo o cohorte. La evaluación de impacto nos dará información relevante para ver si nos acercamos al perfil de la persona egresada planteado y para buscar la relación entre este perfil y cada uno de los cambios esenciales o profundos de la experiencia del alumnado acaecidos en el prototipo.

Así, pues, combinando ambas evaluaciones (la de proceso y la de impacto), aseguramos no solo la implementación según el diseño inicial (evaluación de proceso), sino también la validación o descarte de nuestras hipótesis de partida (evaluación de impacto) para seguir avanzando en el cambio.

En este momento, estamos acompañando a varias instituciones escolares y universitarias en ambas evaluaciones, y tenemos como referencia y experiencia previa la evaluación del prototipo de la NEI (Nueva Etapa Intermedia) que se llevó a cabo en el marco del proyecto de transformación Horizonte 2020.

¿Te interesa saber más sobre cómo evaluar para transformar y la metodología RIEDUSIS? ¡Ponte en contacto con nosotros!

¿Cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación?

Más allá de la tensión y el cansancio que provoca la situación actual en directivos, directivas y docentes, y más allá de las pérdidas de las que hablábamos en el primer artículo, uno de los problemas más importantes que tenemos es la persistente neblina estratégica que provoca la crisis del coronavirus. Por eso nos surge la duda de cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación.

Sin darnos cuenta, los mapas y las hojas de ruta que teníamos establecidos en cada institución educativa (y a nivel de sistema) antes de la crisis educativa que ha provocado la COVID-19 han desaparecido. Probablemente eran limitados o no acertaban a ver la necesidad de llevar a cabo cambios más profundos, pero existían. Ahora, simplemente, no hay mapas ni rutas de avance colectivo, y podría suceder, si el cansancio nos domina, que cada directivo, cada directiva, cada docente, a nivel individual, intente pensar en nuevos caminos de futuro. Todo ello, teniendo en cuenta que es más necesario que nunca abrir caminos compartidos de futuro y consolidar los aprendizajes que hemos adquirido hasta ahora.

¿Qué necesitamos para seguir avanzando en la transformación educativa?

Los aprendizajes personales, profesionales e incluso institucionales de este período extraordinario, tanto vitales como educativos, se están produciendo de forma dispersa e individual. No se han consolidado en la comunidad educativa. Debido a la desaparición de muchas de las reuniones, encuentros e instancias de reflexión y debate que teníamos (aunque algunas fueran inerciales) y a que los encuentros virtuales a penas nos bastan para resolver nuestro día a día, andamos huérfanos de compartir y asentar aprendizajes, perspectivas futuras y nuevas rutas colectivas de cambio.

Y, sin embargo, estamos ante la mayor transformación educativa de este siglo… si sabemos aprovechar el momento para avanzar. Nos falta perspectiva, nos falta estrategia. Este año 2021, sin darnos cuenta, hemos entrado en la década de los años veinte del siglo XXI. Y estos años futuros van a ser extraordinarios, pero no en el sentido de la vivencia extraordinaria que estamos viviendo con la crisis de la COVID-19. Van a ser extraordinarios porque se van a dar las condiciones para transformar profundamente la educación; en todos sus niveles.

La confluencia de la pospandemia de la que nos habla Nicholas Christakis en el anterior artículo, junto con la percepción de Michael Fullan de que estamos en el momento adecuado y tenemos los impulsores para llevar a cabo el cambio, del cual ya hablé en el segundo artículo, unido a los importantes aprendizajes que estamos interiorizando en este período y al extraordinario salto tecnológico que ya se empieza a vislumbrar en esta década que iniciamos (inteligencia artificial, big data, virtualidad…), nos permite hablar de una gran posibilidad de avance y transformación educativa.

Solamente faltamos nosotros, los directivos y las directivas de las instituciones educativas, para marcar la diferencia, para hacer posible (a la vez) un salto hacia adelante y una salida potente de la crisis educativa que estamos viviendo. Es ahora, amigos, es ahora, que, como líderes, debemos abrir caminos inéditos en nuestras vidas y en nuestras instituciones educativas con un relato esperanzador para el futuro.

No hay marcha atrás, necesitamos nuevas estrategias para el futuro educativo

Tengo claro que no es fácil (si no, todo el mundo ya lo estaría haciendo), y que requiere pararse y visualizar (1) para reservar tiempo y energía para lo más importante: redefinir, reimaginar y reimpulsar el proyecto educativo de transformación profunda de nuestra institución para esta década que acabamos de iniciar.

Y es urgente, porque la salida de la crisis del coronavirus desde el punto de vista educativo no es evidente. Es decir, sin un impulso claro y decidido que nos permita rehacer mapas y rutas de forma colectiva, lo más probable sea una vuelta hacia atrás, hacia lo que teníamos antes del coronavirus, o, en el mejor de los casos, un estancamiento inercial con la excusa de un tiempo de moratoria y de descanso después del agotamiento. Y, mientras, el mundo seguirá avanzando a un ritmo cada vez mayor en esta década de los veinte del siglo XXI.

Necesitamos nuevas estrategias para el futuro de la educación, y necesitamos una metodología (nosotros, desde REIMAGINE EDUCATION LAB, ofrecemos la metodología #RIEDUSIS) que nos acompañe y nos ayude a avanzar por un camino (el de la transformación integral de nuestra institución educativa) que es un proceso complejo y que requiere tiempo. Pero no hay otra ruta…

Es la hora de la audacia, del liderazgo, de utilizar las dos manos para anticipar y asegurar el futuro de la educación que deseamos. Hay que disipar la neblina, recuperar una mirada conectada con las personas, con el mundo que vivirán nuestros alumnos, con nosotros mismos, con nuestros anhelos y sueños…

¿Lo enfocamos? ¿Dedicamos todo el tiempo de la próxima reunión de equipo a comentarlo? ¿Empezamos a planificar la transformación? ¿Sabemos cuáles serán nuestras estrategias para el futuro de la educación? ¿Necesitas ayuda?

(1) Aragay, Xavier. Reimaginando la educación. 21 claves para transformar la escuela. Ed. Paidós, 2017.

Aprendizajes de la pandemia

 

Todo lo que estamos viviendo en esta pandemia, de una forma u otra, ha sucedido antes, en otras pandemias. Por eso es interesante echar la vista atrás y ver cómo cambió el mundo después de otros períodos para saber cuáles serán los aprendizajes de esta pandemia.

Para ello vamos a descubrir la figura de Nicholas Christakis, un gran desconocido para muchas personas relacionadas con el mundo de la educación. Nacido en 1962, es un sociólogo y médico estadounidense conocido por sus investigaciones sobre redes sociales y sobre los determinantes socioeconómicos, biosociales y evolutivos del comportamiento, la salud y la longevidad. Es profesor en la Universidad de Yale, y dirige el Laboratorio de Naturaleza Humana.

Si lo traigo al blog es por la publicación de su último libro La Flecha de Apolo. El impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos y las reflexiones que en él nos ofrece (1).

“Las plagas no son nuevas para nuestra especie, simplemente son nuevas para nosotros”

Según Christakis, lo que pasa es que vivimos en un momento en que hay un acontecimiento que ocurre una vez cada cien años. Nos falta perspectiva, y es importante no perderla.

“Los virus no son solamente un fenómeno biológico, son un fenómeno social”

Una de las lecciones fundamentales que nos han dejado las pandemias a lo largo de la historia es que se trata de una experiencia humana esencial que sucede raramente, pero que requiere madurez para afrontarla.

Hay algunos patrones que se repiten en todas ellas, como:

  • Culpar a otros de lo que nos pasa.
  • La negación, las mentiras o las supersticiones y la desinformación.
  • El dolor por la pérdida de familiares y amigos.
  • La desubicación por la pérdida del sustento, del estilo de vida que llevábamos.
  • La disminución de las interacciones sociales al quedarse más en casa.
  • La crisis existencial, con una renovada búsqueda del sentido de la vida y de su significado.

¿Cómo será el período pospandémico?

Según Christakis, cuando logremos la inmunidad de grupo, aunque el virus aún estará con nosotros, su poder será menor. Luego vendrá un período intermedio, en el año 2022, en que el impacto biológico de la pandemia quedará atrás, pero aún tendremos que lidiar con su impacto económico, psicológico y social. Y, alrededor del 2024, entraremos de pleno en el período de la pospandemia.

“Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”. De hecho, normalmente, cuando terminan las pandemias, siempre viene un período de gran interacción social. Los ya famosos locos años 20 del siglo pasado, con un importante desarrollo económico, tecnológico, artístico y social, vinieron después de la pandemia denominada gripe española.

Y, muchas veces, cuando acaba la pandemia, no se consolidan los aprendizajes del período pandémico, y se sale de manera desordenada y a trompicones… Ante esto, muchas son las preguntas que nos rondan por la cabeza: ¿Nos sucederá lo mismo ahora? ¿Cuáles son los aprendizajes de la pandemia? ¿Qué pasará en el ámbito educativo? ¿Podemos anticipar una salida transformadora en nuestra institución educativa? ¿Queremos ser espectadores o liderar el cambio educativo?

En el próximo artículo te descubro cuáles son las nuevas estrategias para el futuro de la educación.

Mientras tanto puedes leer o repasar los artículos anteriores AQUÍ.

(1) Christakis, Nicholas A. Apollo’s Arrow. The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live [‘La Flecha de Apolo. El impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos’].

¿Cuáles son los impulsores de la transformación educativa?

Antes de profundizar en los impulsores de la transformación educativa, te explicaré de dónde nace el concepto. Hace unas semanas estuve leyendo uno de los últimos documentos que han publicado este año (febrero de 2021) Michael Fullan y su equipo, titulado Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema, en el que se resalta que “lo más importante es que el momento es el adecuado” (1).

Tal como dice Fullan en la introducción, “este documento tiene la intención de proporcionar una solución integral a lo que aflige al sistema escolar público actual y su lugar en el desarrollo social: un sistema que está fallando gravemente frente a los desafíos fundamentales cada vez más complejos para nuestra supervivencia”.

La propuesta me ha parecido sumamente interesante y oportuna para este momento, en el que debemos acelerar las soluciones futuras de la educación. Lo primero que debemos tener claro es qué se entiende por un impulsor, y comprender que la transformación educativa identifica cuatro impulsores incorrectos y cuatro correctos.

Siguiendo con las palabras de Fullan: “Mi concepción de un impulsor es que es una fuerza que atrae energía y genera movimiento de forma continua. […] Representan un modelo único e integrado que genera un desarrollo continuo”.

Los impulsores incorrectos de la transformación educativa, que llevan funcionando los últimos 40 años, son:

  • La obsesión académica, que involucra tanto el sistema de aprendizaje como la evaluación relacionada con los resultados del aprendizaje.
  • La inteligencia de la máquina por sí sola, sin contar con el factor humano. Hemos sobreestimado las máquinas y subdesarrollado la inteligencia colectiva.
  • La austeridad, que ha hecho que a la mayoría de las personas les resulte prácticamente imposible escapar de sus situaciones de desventaja inicial.
  • La fragmentación, es decir, la desconexión entre las partes, que favorece la inercia y profundiza los sistemas de prejuicio y discriminación existentes.

Y, en contraposición, se plantean los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema:

  • Bienestar y aprendizaje, vinculados y relacionados como algo que prepara a todos los estudiantes para el mundo complejo en el que vivimos. Es decir, estudiantes que ven la escuela como un lugar donde se sienten bien consigo mismos y con la persona en la que se están convirtiendo.
  • La inteligencia social como parte esencial de la nueva ciencia del aprendizaje, ya que este tipo de inteligencia social del grupo y de los individuos que lo integran no se ha cultivado bien en la evolución del aprendizaje.
  • Las inversiones en igualdad, que son fundamentales para el futuro de la sociedad. Necesitamos inversiones para mejorar la infraestructura y los recursos del sistema educativo y mejorar así su funcionamiento.
  • Sistemidad, que significa una postura de mente y acción que va más allá de lo sistémico, que es un término analítico. El sistema no se puede cambiar sin que todas las capas del sistema tengan conciencia y responsabilidad en el cambio.

Los cuatro impulsores correctos integrados representan un cambio de sistema con mucho potencial en acción. Los cuatro tienen en común la centralidad de la persona y la apuesta por la comunidad educativa como artífice del cambio. También es significativo remarcar la importancia de reconstruir la sistemidad frente a la fragmentación tradicional de la educación, especialmente cuando la crisis de la COVID-19 que estamos viviendo se ha llevado por delante los mapas compartidos de avance futuro de nuestras instituciones.

Por el contrario, no podemos dejar solos a los cuatro impulsores de la transformación educativa incorrectos, aunque no estén completamente equivocados, ya que nos llevan en una dirección negativa. De esta forma, los impulsores incorrectos, con una buena orientación de los impulsores correctos mediante una acción coordinada y sostenida, nos pueden dirigir a un cambio de sistema exitoso.

El documento, ya en su parte final, nos plantea que el cambio de sistema no puede ser solo de arriba hacia abajo, ni solo de abajo hacia arriba, ni solo de centro hacia afuera. Y concluye: “Si deseas un cambio de sistema, ¡tú debes cambiar el sistema!”, y “lo más importante es que el momento es el adecuado”.

¿Te apuntas a anticipar ahora un cambio de sistema?

(1) Fullan, Michael. Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema. Centre for strategic education. CSE Leading Education Series, 1. Copyright 2021 CSE, Victoria.

Este artículo pertenece a la serie El futuro de la educación es ahora, puedes leer el primero AQUÍ.